El ministro Luis Fernando Velasco ha perdido liderazgo: los partidos no le están copiando

La gestión de Velasco no convence del todo en el Congreso, justo cuando le delegaron la tarea de recomponer la coalición. Petro le exigió más resultados y Vargas Lleras le representa un reto.

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A Velasco se le dificulta acercar a los jefes del Liberal, Conservador y La U, tras sus llamados de desobediencia a congresistas. FOTO COLPRENSA

En la Casa de Nariño hay un ambiente de tensión entre el presidente Gustavo Petro y su ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. Esto se debe a que el Mandatario está inconforme con el desempeño de Velasco y le puso como prueba de fuego la misión de recomponer la desahuciada coalición de gobierno en el Congreso para poner a andar las reformas sociales.

Pese a que Velasco apenas lleva dos meses como ministro, según fuentes de Palacio el Jefe de Estado no está satisfecho con su trabajo porque no pudo impedir el hundimiento de la reforma laboral y tampoco logró sostener en el tiempo el intento de rebelión de congresistas del Partido Liberal en contra de César Gaviria, máximo jefe de esa colectividad.

Y es que pese a que el Ministro le mostró los taches a Gaviria desde que asumió su cargo, a comienzos de mayo, el expresidente le ganó el pulso al lograr que la bancada liberal se negara a seguir discutiendo la reforma a la salud en la Cámara hasta el 20 de julio, lo que impidió que ese proyecto que es clave para Petro fuera llevado a sesiones extras.

No satisfecho con ese ‘sabotaje’ a la agenda del Gobierno, Gaviria hizo una jugada todavía más retadora que podría afectar los planes de Velasco al ponerle sobre la mesa al exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe natural del partido Cambio Radical, la idea de conformar un bloque en el Congreso que se oponga a las iniciativas reformistas impulsadas por el Jefe de Estado.

Relación fracturada con partidos

Al ser el principal enlace del Gobierno con el Capitolio, el Ministro del Interior tiene claro que su cargo podría estar en juego si no logra cohesionar de nuevo la coalición oficialista el 20 de julio. Pero esa tarea no es sencilla especialmente porque en los partidos Liberal, Conservador y La U ha surgido molestia con Velasco por su estrategia de ‘pescar’ votos de congresistas pidiéndoles que ignoren las órdenes de los directores de las colectividades.

Esa situación ha generado fricciones a tal punto que a Velasco se le dificulta tender puentes con Gaviria, Efraín Cepeda y Dilian Francisca Toro, los jefes de esas colectividades, quienes han dejado abierta la posibilidad de declararse en independencia a partir del 20 de julio, como respuesta a la intromisión del Gobierno en sus decisiones.

Y es que, por ejemplo, Velasco intentó salvar la reforma laboral en dos ocasiones en la Comisión Séptima de la Cámara, convenciendo al representante conservador Jorge Alexander Quevedo de desobedecer a Cepeda y firmar la ponencia positiva de ese proyecto y, luego, logró que votara impedimentos que ayudaron a conformar el quórum necesario para que arrancara el debate, lo que le acarreó sanciones al congresista godo.

Además, Velasco le declaró la ‘guerra’ a Gaviria al asegurar que el Partido Liberal necesitaba cambiar de jefe y motivando a un grupo de 18 representantes a la Cámara –que se hacen llamar “liberales progresistas”– a que desobedecieran las directrices del expresidente. Esta táctica inicialmente le funcionó, pero al cierre de la legislatura perdió fuerza porque Gaviria tiene el control de los avales liberales y faltan menos de cuatro meses para las elecciones regionales.

Además de causar incomodidad, este método de infiltración en los partidos hizo que a Velasco lo vieran más como un estratega que busca pasar las reformas a toda costa, y no como un Ministro conciliador. Este método de trabajo se tradujo en un distanciamiento que no solo permeó a los partidos tradicionales, sino también a otros cercanos al Gobierno como la Alianza Verde.

Así lo dejó claro el senador verde Ariel Ávila, quien lideró como ponente la ley de sometimiento que terminó hundida porque no se debatió, y ante ese hecho cuestionó el poco interés de Velasco por respaldar la iniciativa. “La ley sufrió mucho en el cambio ministerial de (Alfonso) Prada a (Luis Fernando) Velasco. Y el ministro Velasco tomó como prioridad las reformas sociales”, le dijo Ávila a este diario.

¿Perdió capacidad de liderazgo?

Aunque Petro puso sobre los hombros de Velasco la tarea de reconstruir la coalición, este diario conoció que el Mandatario tiene dudas sobre la capacidad de acción del Ministro, por lo que decidió recurrir al menos a tres emisarios (ver recuadros) para que traten de convencer a liberales, conservadores y La U de no declararse en independencia.

Esos tres emisarios son el ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, quien fue congresista y presidente del Senado; el senador Alexánder López, quien es el actual presidente del Congreso en reemplazo de Roy Barreras; y el ministro de Transporte, William Camargo. Esta triada de representantes del Gobierno le han tocado la puerta a Gaviria, Cepeda y Toro, en búsqueda de diálogos sin mayores resultados.

Lo cierto es que esa reconciliación no parece cercana, pues Gaviria sacó su as bajo la manga al arrimarse a la sombra de la oposición, proponiéndole a Vargas Lleras un bloque político que se articule para impedir que pasen las reformas, un reto directo al liderazgo de Velasco. “Recibí una llamada muy larga de Gaviria proponiéndome que avancemos en ese sentido”, dijo Vargas Lleras en un tono retador.

Ese nuevo reto pondrá a prueba el poder de Velasco, pues en el Congreso se cree que ha perdido liderazgo al salir derrotado de pulsos políticos claves para el Gobierno.

Por ejemplo, el 20 de junio en el cierre de la legislatura el registrador Alexánder Vega pasó por los pasillos y oficinas del Senado y no solo logró que en el orden del día estuviera su polémica reforma al Código Electoral, sino que además consiguió mayorías para su aprobación. En su caso, el MinInterior fue testigo del hundimiento de la reforma laboral y del proyecto que buscaba regular el cannabis en el país.

Los próximos 17 días serán determinantes para el futuro de Velasco, pues la Casa de Nariño necesita que los liberales, conservadores y La U vuelvan a estar de su lado para recuperar la gobernabilidad en el Legislativo y tratar de pasar las estancadas reformas sociales.

Petrismo pide salvar la coalición de gobierno

En el Pacto Histórico hay una especie de angustia por la dificultad de tramitar las reformas sin tener de su lado a los partidos Liberal, Conservador y La U, después de que en abril el presidente Gustavo Petro decidió romper la coalición de Gobierno.

Este diario conoció que la bancada del Pacto ha tenido contacto con representantes del Gobierno y planea un retiro en los próximos días para acordar un plan para acercarse nuevamente a los jefes de esos partidos antes del 20 de julio. Además, versiones al interior de la colectividad petrista se han mostrado inconformes con la gestión de Luis Fernando Velasco, pues no logró convencer a los liberales de respaldar a Petro.

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