Un grupo de caminantes, provenientes de la ciudad
de Barquisimeto y con destino a PerĂș, se hallaba descansando a las afueras de
la iglesia La Sagrada Familia, en San Antonio del TĂĄchira, a la espera de
ser atendidos por la casa de paso que maneja el Consejo Noruego, justo al lado
de las instalaciones catĂłlicas.
«Venimos del barrio Jacinto Lara, en Barquisimeto»,
soltó Norbelys Trujillo, de 27 años, quien abandonó su ciudad de origen en
compañĂa de sus cuatro hijos y esposo. «Vamos a migrar a PerĂș», resaltĂł.
Tanto Trujillo como su grupo familiar y de amigos
acudieron a la casa de paso para poder ducharse, hidratarse e ingerir algunos
alimentos. «AĂșn nos queda camino por recorrer», recalcĂł, al tiempo que detallĂł
que la travesĂa, desde Lara hasta la frontera, durĂł cinco dĂas.
De cierta manera, los caminantes, al arribar a la frontera, suelen
recobrar fuerzas, ya sea al sentarse por algunas horas bajo un frondoso ĂĄrbol o
yendo a la casa de paso, ubicada al lado de la iglesia, o a la casa de
alojamiento temporal, situada en el bulevar Plaza.
«Nos dijeron que podĂamos venir a este lugar, y aquĂ estamos, sobre todo
por los niños, que necesitan mayor atenciĂłn», señalĂł la dama, rodeada por
costales, maletas y bolsos.
Para Trujillo y su nĂșcleo
familiar, es la segunda vez que migran. El resto sĂ lo va a hacer por primera
vez. «AllĂĄ estĂĄn varios familiares que nos van a tender la mano», precisĂł quien
tenĂa pensado cruzar este martes a Colombia por las trochas, con los suyos,
para seguir el trayecto.
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