El desafío de las mujeres es cada vez mayor, han sido golpeadas
en materia laboral con sólo un tercio que se encuentra activa económicamente y
representando apenas el 32,9%, que por lo general se encuentra ocupada en la
administración pública y el resto del 67,1% sin trabajo estable. Así lo refleja
la reciente Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi), que resalta
las desigualdades de ingresos y hasta las limitaciones en materia de salud.
Ese desenvolvimiento en el
mercado laboral fue explicado por Anitza Fréitez, coordinadora de Encovi, al
ubicar a Venezuela como uno de los países con inactividad más baja, que llega a
superar a Colombia que se encuentra a 57%. También termina de complicar que la
mayoría se encuentra en nómina de la administración pública, con una
remuneración tan baja que ni siquiera alcanza para gastos de recreación o
alguna emergencia médica. Otro grupo se encuentra en el sector financiero o de
seguros y un mínimo dedicado al comercio, donde 30% se destaca en el área de
manufactura.
La realidad muestra que
aún siendo profesionales y con méritos o experiencia comprobada, las mujeres
siempre terminan siendo como ese personal de apoyo administrativo, con la
incidencia de los hombres a la cabecera de cargos directivos.
Todo ese vacío lo grafican
desde una radiografía que ubica la mayoría de las cargas a la mujer de casa,
con tantas limitaciones como las ataduras al tener hijos de cortas edades y sin
la posibilidad de quien pueda atenderlos, mientras trabajan. Así se tiene a la
gran mayoría que sacrifica ofertas laborales, ante el compromiso de hacerse
cargo de la responsabilidad de la casa, desde el cuidado de niños o hasta de
algún adulto mayor de la familia.
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