En febrero la inflación llegó
a 1,63%, el doble de lo que normalmente sería durante el segundo mes del año.
Además, es casi tres veces más de lo que fue en 2021. Los sectores que
impulsaron esta cifra fueron la educación y de nuevo el dolor de cabeza de los
colombianos, los alimentos.
Por el lado de la educación el
costo de las matrículas y los uniformes le aportaron al índice.
Ahora, el comportamiento anual de
la inflación es bastante preocupante y escandaloso. Porque el costo de vida
anual llegó al 8,01%, mientras que el año pasado para esta misma época la
inflación se situó en 1.56%.
Es decir, la variación fue de 6,45
puntos porcentuales y Colombia ha sentido el golpe especialmente en los
alimentos.
En un año los alimentos han subido
de precio un 23%, y aquellos que más han incrementado son la papa en un
142%, el plátano con un aumento del 63%, la yuca 60%, la
carne de res 35%, las frutas frescas 33% y la leche 22%.
En el último mes Montería, Santa
Marta y Tunja presentaron la mayor inflación. Por su parte, Sincelejo, Medellín
y Neiva fueron las ciudades con menor incremento en los alimentos.
Comprar alimentos, una actividad de sumas y restas
Los memes que se encuentran en
redes sociales representan el aumento del precio de la papa de 45% en tan solo
febrero, para muchos ya no aplica la frase "en donde come uno, comen
dos".
Los cultivadores también se han
visto fuertemente afectados por el incremento del precio de los alimentos en el
país.
Si está fuera una factura, en
febrero la papa reina cómo el alimento con más variaciones (45,56%), seguido
por la cebolla que registrara alzas del 30% y el tomate con un 29%.
Mientras tanto, el valor de la
zanahoria (-0,61%) y la carne de cerdo (-0,06%), cede, en términos de ahorro,
es más fácil comprar estos productos.
“Esto tiene dos impactos
relevantes, el primero sobre el poder adquisitivo de los colombianos. En
especial los de menores ingresos, los que el impacto de la inflación de los
alimentos les termina impactando más su capacidad adquisitiva. El segundo sobre
la necesidad de anclar las expectativas de inflación y frenar el espiral de
inflación por parte del banco de la república”, sostuvo Alejandro Reyes,
economista del BBVA Research.
Como si fuera poco, el precio
de salir a un restaurante y tomar bebidas calientes aumentó 13%. Además,
el desvare de comprar comida preparada para consumir de inmediato en el hogar
también registra alzas.
Con todas estas cifras para los
expertos hay una sola preocupación, ¿qué pasará con los más vulnerables?
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