Un gigantesco mosaico compuesto por más de 500 fachadas y una conjunción de esferas, cubos y cilindros de variadas formas y tamaños arroja la primera imagen del mural Constelaciones. Este juego de colores que dialoga con las ventanas, puertas, terrazas y la vida cotidiana de los barrios Balcones del Jardín, Brisas del Jardín y San José de la Cima, hace parte de la intervención artística que ofrece una nueva cara del nororiente de Medellín desde el fin de semana.
Desde la parte más alta de la ladera, el conjunto de figuras multicolores, que se mezcla con el ladrillo de los muros y la ropa tendida al sol de cientos de familias, la pieza se despliega por un área de más de 14.819 metros cuadrados, convirtiéndose en la obra de arte urbano de mayor extensión de la ciudad.
De acuerdo con la Agencia para la Gestión del Paisaje, el Patrimonio y las Alianzas Público Privadas (Agencia APP), para hacer posible la hazaña fue necesario el trabajo de al menos 29 pintores, 24 equipos artísticos y cerca de 1.126 habitantes que participaron en talleres de sensibilización artística, en los que se construyó el concepto de la obra, con la que se busca transformar a esta zona de la ciudad en un nuevo polo de atracción turística y comercial.
Fredy Alzate Gómez, pintor, escultor y profesor de la Universidad de Antioquia, explica que el concepto del mural parte de la idea de retratar las realidades urbanas de la periferia de Medellín, tomando como base no sólo las formas que se aprecian en las laderas, sino las diversas historias de sus habitantes.
Partiendo de otros trabajos en los que exploró temas como el arraigo y la diversidad de orígenes de los habitantes de Medellín, en su mayoría vinculados a familias que migraron de otras regiones, Gómez señala que la obra busca no solo retratar el paisaje de la ciudad, sino ahondar en los personajes claves en la vida y el desarrollo de los barrios.
“Metafóricamente esta constelación habla de las familias, de las historias de vida, del conjunto de casas, muchas de ellas levantadas por las propias personas. Todo esto también tuvo un trabajo etnográfico en el barrio, las múltiples historias, los lugares de procedencia de las personas que habitan los barrios”, señala el artista.
Por el lado de las historias de vida, Gómez añade que los colectivos que se sumaron a la intervención recorrieron las calles y entablaron un diálogo con los niños, jóvenes y adultos mayores de la comunidad, buscando exaltar la vida de habitantes determinantes en el territorio.
En medio de esa tarea, por ejemplo, se hicieron representaciones de personajes cruciales en la fundación del barrio, así como los paisajes y la fauna de los territorios de origen de las familias que lo conformaron.
Así mismo, por el lado de los colores escogidos, el pintor precisa que provienen de una paleta que se construyó luego de caminar las calles de la comuna 3, de tal forma que la intervención se convirtiera en una negociación con el entorno y no en un ejercicio de borrarlo.
Pese a que muchos habitantes ven con optimismo el nuevo mural, y resaltan que su ejecución hace parte de un reconocimiento a su presencia y a su historia, su inauguración también genera algunas críticas.
Deicy Sánchez, una de las líderes del bario Brisas del Jardín, señala por ejemplo que, a pesar de la belleza de la intervención, el territorio arrastra graves rezagos de infraestructura en sus calles, en su mayoría pavimentadas parcialmente por la misma comunidad a través de convites.
Señalando decenas de caminos llenos de grietas, huecos y piedras, la líder plantea no entender cómo se busca que la intervención vuelva a la zona un polo de atracción en la ciudad, si la mayor parte del tiempo los caminos están llenos de polvo o de pantano.
Durante una inauguración realizada el pasado sábado 6 de mayo, el director de la agencia APP, Rodrigo Foronda, señaló que con la intervención se busca detonar un cambio económico en el sector y atraer a los turistas.
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