Le aplicaron los santos óleos a la coalición de Petro en el Congreso

El presidente de la Cámara, David Racero, dijo que todas las reformas quedan congeladas. El Ministro del Interior no logra el respaldo de los partidos. Ni la burocracia está ayudando.


El presidente de la Cámara, David Racero, dijo que se aplazan las reformas. Pero en el orden del día de este martes en plenaria apareció la de salud. FOTO: Colprensa

La coalición del Gobierno de Gustavo Petro en el Congreso, sencillamente, no existe. Lo que comenzó el 20 de julio pasado como una aplanadora legislativa que le aseguró en la oficialidad a los partidos mayoritarios se derrumbó como un castillo de naipes y, tras el escándalo de los $15.000 millones fantasma que habrían entrado a la campaña presidencial, recibió el golpe fulminante.

Tal es la magnitud del daño que sacudió a la colación que este mismo lunes fue el presidente de la Cámara, David Racero, quien anunció que el debate de las polémicas reformas a la salud, pensional y laboral –claves para Petro– queda suspendido hasta que se supera la crisis que agrietó la intimidad de la Casa de Nariño.

“Las discusiones de las reformas hasta que podamos reconstruir la coalición de gobierno y, además, porque discusiones tan importantes como estas no pueden ser mediadas por factores externos que puedan llevar a un desenlace no positivo para el país”, aseguró Racero desde el Capitolio.

Y la razón es que desde hace un tiempo, y justo cuando el país entró en la contienda por las elecciones regionales del 29 de octubre próximo, los congresistas decidieron enfocarse más en sus respaldos políticos que en golpear su imagen con discusiones impopulares.

De hecho, haciendo un mapeo al Legislativo, queda en evidencia solo el 37% de los escaños del Senado y 28% de los de la Cámara están ocupados por congresistas afines al Gobierno: Pacto Histórico, Alianza Verde y grupos minoritarios como los que ocupan las curules de paz y que le apoyan.

Así queda claro, a simple vista, que el autodenominado gobierno del cambio no tiene la mitad más uno de los votos para garantizar el trámite positivo de sus proyectos. Y es que a Petro se le dañaron las cuentas cuando los partidos Conservador y La U se declararon en independencia, poniendo el 35% de los asientos del Senado y 53% de la Cámara en el centro de la balanza: pueden inclinarla a cualquier lado, ya que el resto están en la oposición.

Este desaire político también lo han advertido viejos petristas que ahora, tras los escándalos, están más escépticos de lo que pueda pasar con la Casa de Nariño.

Entre ellos están el senador Ariel Ávila y la representante Katherine Miranda, ambos de Alianza Verde, quienes coincidieron en que ni las reformas ni otros proyectos como la ley de narcobandas o el de humanización de la política criminal tienen futuro por la falta de una coalición sólida.

Si bien el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, ha intentado apagar el incendio y cazar votos al menudeo en el Congreso, su tarea –al menos hasta ahora– ha sido infructuosa y ni las mieles de la burocracia han seducido a los parlamentarios en favor del Gobierno.

Y como todo ahora está en clave de polémica, después del anuncio de Racero, de aplazar las reformas, se publicó la agenda de plenaria de la Cámara de este martes y ahí aparecía, pese a todo, la polémica cirugía a la salud.

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