La jefe de la cartera Irene Vélez, ha salido airosa de varios escándalos. Fiscalía alista investigación en su contra. Desde ya suena su reemplazo.
La ministra de Minas y Energía Irene Vélez, quien parecía ser hasta hace poco la ficha intocable del presidente Gustavo Petro, en las últimas semanas se ha convertido en la protagonista de por lo menos dos escándalos de nepotismo y presunto abuso de poder. De tal magnitud han sido sus polémicas actuaciones que en los pasillos de la Casa de Nariño corren rumores de que estarían ofreciendo su puesto y buscando hojas de vida.
Y es que desde su primer mes en el Gobierno de izquierda, la ministra Vélez ha suscitado en varios momentos controversias por su falta de experiencia en el sector, por sus declaraciones fuera de lugar sobre la compra de gas y el frenazo que le quería meter a la explotación de hidrocarburos. Hasta su círculo cercano la ha señalado de mentirle al país, como lo expresó la exviceministra de esa cartera, Belizza Ruiz.
Sin embargo, ninguno de esos impases la ha puesto en riesgo, al contrario, Irene Vélez ha sobrevivido a dos remezones ministeriales y pareciera ser la ministra consentida de Petro, quien en varias ocasiones ha salido a defenderla de las críticas e incluso les ha hecho caso omiso a las peticiones de la oposición en las que piden su cabeza. Para acabar de ajustar, fue la primera del gabinete de Petro a la que citaron a moción de censura, pero salió bien librada.
El presidente Gustavo Petro ha salido en varias ocasiones en defensa de la ministra Irene Vélez. FOTO: Colprensa
Pero ese blindaje pareciera no durarle por mucho tiempo. Y es que esta vez los escándalos ya alcanzaron hasta caminos disciplinarios en la Procuraduría porque, al parecer, la ministra usó su poder para persuadir a los funcionarios de Migración Colombia para que dejaran viajar a su hijo menor de edad sin el permiso notarial que exige la ley. A eso se le suma la polémica contratación de su esposo holandés, Sjoerd Van Grootheest, por una millonaria suma en el Fondo Colombia Paz.
Por este tipo de actuaciones es que corren los rumores de que a la ministra Vélez le estarían buscando reemplazo en la cartera de Minas y Energía. Según medios nacionales, como Blu Radio y La Silla Vacía, el secretario General de Presidencia, Carlos Ramón González, le estaría ofreciendo el puesto a Fernando Vargas Mendoza, quien todavía no se decide si lanzarse o no a la Gobernación de Santander. Lo cierto es que esa jugada política le dejaría el camino libre a Rodolfo Hernández que hace pocos días oficializó su candidatura por ese puesto; y de paso, le ahorraría más escándalos a Petro que apenas parecer estar saliendo del problema que le dejó lo que se conoció como “Niñeragate” y que terminó con la salida de su jefe de Gabinete, Laura Sarabia, y del embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti.
Y es que como si fuera poco, al proceso disciplinario en el Ministerio Público, con el que buscan establecer si la ministra habría usado el poder de su cargo para llamar directamente al funcionario de Migración y pedirle que dejara pasar a su hijo, se le suman dos denuncias en su contra.A esa denuncia se suma la del abogado Daniel Briceño, quien tampoco dejó pasar de largo el escándalo con el esposo holandés de la ministra Vélez y su contrato por 128 millones de pesos. Briceño expresó que ya radicó la denuncia y espera que exista un “castigo ejemplar”.
Por su parte, la unidad de fiscales ante la Corte Suprema inició una indagación contra la ministra por la posible comisión del delito de tráfico de influencias por la salida del país de su hijo hace tres meses. Hasta el cierre de esta edición, la ministra Vélez no se ha pronunciado sobre su posible relevo ni por las denuncias o la investigación de la Procuraduría.
Su oficina de prensa tampoco entregó algún pronunciamiento cuando fue consultada por este diario. Por ahora, solo queda esperar que el Ministerio Público realice las pruebas necesarias para establecer si hubo, o no, abuso de poder por parte de la ficha intocable de Petro. Mientras tanto, se va cocinando su posible reemplazo.
El Colombiano
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