Desde el inicio de la crisis migratoria en América Latina, Colombia se ha convertido en uno de los principales destinos para refugiados y migrantes, albergando a más de 2.8 millones de personas en busca de protección y nuevas oportunidades. En este contexto, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha desempeñado un papel esencial, trabajando en estrecha colaboración con el Estado colombiano para garantizar la protección de los derechos de los migrantes y facilitar su integración en las comunidades locales.
Cartagena, por su ubicación estratégica y su relevancia histórica como puerto de entrada, se ha convertido en uno de los principales puntos de acogida de esta población. En la ciudad, ACNUR ha impulsado iniciativas enfocadas en la integración social y económica de los migrantes, promoviendo la solidaridad entre comunidades y autoridades locales. Su labor incluye facilitar el acceso a derechos fundamentales como salud, educación y empleo, elementos clave para la estabilidad y desarrollo de estas personas en situación de vulnerabilidad.
La agencia trabaja en conjunto con el gobierno colombiano para garantizar que los migrantes y refugiados, en su mayoría provenientes de Venezuela, cuenten con la documentación necesaria para acceder a servicios básicos y oportunidades laborales. "Es fundamental que las comunidades sean empáticas y solidarias con quienes han perdido todo", expresó Silvia Cravesana, vocera de ACNUR. Para ello, la organización impulsa espacios de diálogo e interacción entre migrantes y comunidades locales, fomentando el intercambio de experiencias y la construcción de redes de apoyo mutuo.
Si bien ACNUR ha logrado avances significativos en la integración de los refugiados en Cartagena, el desafío persiste. La agencia sigue trabajando de la mano con las autoridades locales y organizaciones sociales para garantizar que los migrantes puedan ejercer plenamente sus derechos y desenvolverse en un entorno seguro y digno.
Además de la crisis migratoria, la región de Bolívar enfrenta una situación compleja con el aumento del desplazamiento interno, especialmente en el sur del departamento. "Este fenómeno se convierte en una crisis paralela a la migración internacional y evidencia que, aunque la capacidad de respuesta ha mejorado, aún queda mucho por hacer", concluyó Cravesana.
Con una estrategia de acompañamiento integral, ACNUR reafirma su compromiso de seguir apoyando a quienes han tenido que abandonar sus hogares, promoviendo soluciones duraderas y contribuyendo a una sociedad más inclusiva y solidaria.
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