El sistema de transporte masivo del Valle de Aburrá sigue consolidándose como un eje fundamental para la movilidad y el desarrollo urbano. De las 11 líneas que conforman el Metro de Medellín, nueve fueron construidas en los últimos 20 años gracias a un plan de expansión que nació en 2006 y que, con actualizaciones cada quinquenio, define el crecimiento de la red de trenes, tranvías, metrocables y buses articulados.
En 2024, el sistema movilizó 308 millones de pasajeros y, aunque el foco inmediato está en la ejecución del Metro Ligero de la Avenida 80, el Metro ya ha priorizado seis nuevos corredores para su desarrollo a mediano y largo plazo.
Los nuevos proyectos: un mapa ferroviario en expansión
El primer proyecto clave es la extensión férrea hasta Barbosa, que constituiría la fase inicial del Tren del Río, una de las apuestas estratégicas de la Gobernación de Antioquia. Esta línea no solo fortalecería la conexión del norte del Valle de Aburrá, sino que atendería el crecimiento poblacional en municipios como Bello, Copacabana y Girardota, donde el 20% de los proyectos de vivienda en Antioquia iniciará obras en los próximos dos años.
El segundo corredor priorizado es el metrocable hacia San Antonio de Prado, el corregimiento más poblado de Colombia, cuya prefactibilidad ya está en curso y se espera que avance pronto a la etapa de factibilidad.
Otras líneas proyectadas incluyen la expansión del sistema hacia los sectores de mayor crecimiento poblacional en Medellín: La Cruz y Aures (nororiente y noroccidente de la ciudad), el anillo oriental por la Avenida 34, y la Línea S, un corredor ambicioso que iniciaría en La Estrella y recorrería Sabaneta, Envigado, El Poblado, la calle San Juan, la carrera 65, la estación Suramericana, la Universidad Nacional y terminaría en Bello.
El reto financiero: ¿hay recursos para todo?
Si bien la necesidad de expansión es evidente, la financiación de estos proyectos sigue siendo el mayor desafío. Actualmente, la región ahorra aproximadamente $5 billones anuales gracias a los beneficios del sistema de transporte masivo, lo que justifica la apuesta por su fortalecimiento.
En 2023, el ahorro fue de $4,87 billones y, para 2024, se espera superar los $5 billones, un dato que refleja el impacto positivo del Metro en la productividad y la reducción de costos ambientales y de movilidad. Sin embargo, la desfinanciación de proyectos y la falta de giros del Gobierno Nacional han puesto en riesgo la ejecución de nuevas obras.
El Tren del Río es un ejemplo de este reto financiero. Aunque está contemplado como un corredor de pasajeros, también se plantea su uso para el transporte de carga y residuos sólidos, lo que podría convertirlo en un proyecto estratégico de alto impacto para el desarrollo logístico del departamento.
El sueño ferroviario de Antioquia en los próximos 30 años
Más allá del Metro de Medellín, el departamento tiene proyectado un mapa ferroviario de siete corredores que sumarían 2.497 kilómetros en las próximas tres décadas.
Además del Tren del Río completo (63 km entre Barbosa y Caldas), otros proyectos en diferentes etapas de planificación incluyen:
- Tren Verde (127,5 km entre Barbosa y Puerto Berrío), en fase de factibilidad, que conectaría los centros logísticos del Valle de Aburrá con el río Magdalena.
- Tren de Urabá (367 km entre Bolombolo y Turbo), que cruzaría municipios como Santa Fe de Antioquia, Mutatá, Chigorodó, Carepa y Apartadó.
- Tren del Café, que conectaría Antioquia con el departamento de Caldas.
- Tren del Norte, en etapa de borrador, que partiría de San José del Nus, pasaría por Remedios y Caucasia, y llegaría hasta Turbo.
El reto ahora es consolidar los planes financieros que permitan hacer realidad estos proyectos y garantizar que el sistema de transporte continúe adaptándose al crecimiento del territorio.
0 Comentarios