Everlyn
Peraza aprovechó su pasión por el arte de las uñas para fundar su propia
academia llamada Evegance en Lima, Perú. La maracayera imparte talleres a
paisanas venezolanas y mujeres peruanas para que den los primeros pasos en el
mundo de la manicura
Caracas.-
Emigrar se ha convertido en una aventura para muchos venezolanos que
deciden irse de su país para construir una nueva vida alejada de la crisis
humanitaria. Para Everlyn Peraza llegar a Perú fue
una oportunidad para
descubrir su talento como manicurista e inaugurar su propia academia.
La
migrante de 32 años, oriunda de Maracay en el estado Aragua,
decidió emigrar a Lima, Perú, en 2017 junto a su esposo y sus cuatro
hijos. Tras realizar varios trabajos de forma independiente, decidió instruirse
en el mundo de la manicura, lo que la llevó a descubrir su pasión y fundar
la Academia Evegance (@evengance.nails).
«En
Perú descubrí mi talento, yo no sabía que lo tenía», dijo Everlyn a El
Pitazo. «Mi mamá era manicurista desde hace años y yo siempre la
acompañaba. Nunca me había capacitado en Venezuela, porque fui mamá desde
temprana edad; no tuve la oportunidad de estudiar y
no trabajaba, porque mi esposo me ayudaba», dijo.
La
maracayera comenzó vendiendo bombas en las calles de Lima y diariamente pasaba
frente a una tienda de productos de belleza y materiales para realizar uñas. Un
día decidió tomar los ahorros que tenía junto a su esposo para invertir en
materiales.
«Le
dije que invirtiéramos, porque era algo que iba a funcionar y que me gusta. Mi
esposo me apoyó, aún con miedo, porque era el dinero que serviría para el alquiler (…)
Los primeros meses me fue mal, porque nadie me conocía, pero yo seguí
publicando en redes sociales hasta que fui creando una cartera de
clientes. Comencé a domicilio trabajando por toda Lima. Mi
esposo me llevaba, porque él trabajaba como Uber», explicó.
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