Tras
años de llamados a la abstención, la oposición —otra vez dividida— tratará de
convencer al electorado de que hay condiciones para medirse con el chavismo.
Venezuela vivirá hoy unas elecciones
locales y regionales que servirán para tomar el pulso político
de un país en el que la polarización ha ido dejando paso a la desidia y que
supondrá la primera vez, desde 2017, en que la oposición llama a sus
simpatizantes a acudir a las urnas. Tras hacer varios llamados a la abstención,
el principal reto de los detractores del Gobierno de Nicolás Maduro es
el de seducir a una ciudadanía mayoritariamente cansada y que, según las
encuestas, quiere un cambio en el país.
No
obstante, los numerosos llamados a no participar en los años previos han hecho
mella en los posibles simpatizantes de la oposición, que desconfían ahora de
acudir a las urnas al considerar que las condiciones no son
óptimas.
A ello
se suma el mayor mal de los antichavistas: las eternas peleas por salir en la
foto que han vuelto a la primera línea en estos comicios.
Las
disputas llegaron, incluso, al enfrentamiento físico entre
candidatos en el sureño estado Bolívar (fronterizo con Brasil),
donde el exdiputado opositor Américo de Grazia fue abofeteado por el también
aspirante antichavista Raúl Yusef frente a la jefa de la Misión de Observación
Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Isabel Santos.
Ese
cóctel hace presumir una alta abstención hoy entre los potenciales votantes de
la oposición, con lo que el número de participantes en las
elecciones será uno de los datos claves.
A esa
abstención se suma la migración que la ONU estima en cerca de 6
millones de venezolanos que han abandonado su país en los últimos años, la
mayoría de ellos, mayores de edad.
El
número supone, según distintas estimaciones, cerca de un 25 % del censo
electoral que tampoco acudirá a las urnas este domingo.
Por
otro lado, el chavismo ha tratado de cerrar filas y mostrar una imagen de
unidad tras las primarias abiertas que celebró el Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV) el pasado agosto.
En
aquella ocasión se mostraron amplias grietas que derivaron incluso en peleas
entre simpatizantes de distintos aspirantes a conseguir la nominación del PSUV.
El caso
más llamativo lo protagonizaron dos familiares del fallecido
presidente Hugo Chávez, su hermano Argenis y un sobrino del
mandatario con su mismo nombre.
Ambos
trataban de convertirse en candidatos a gobernador del estado Barinas, región
natal de Chávez, y sus seguidores se enzarzaron en varias peleas durante la
pequeña campaña de primarias que finalmente ganó Argenis, actual mandatario
regional.
“No
existe un juego limpio”, afirma Guaidó
El
dirigente opositor Juan Guaidó denunció el viernes que “no hay condiciones para una elección
libre y justa en Venezuela”, aunque dijo respetar a los
partidos opositores que decidieron participar.
“No
existe un juego limpio. Esperamos que las misiones de observación que se
encuentran en Venezuela presenten un informe” que “sea clara imagen de todos los
abusos”, comentó en un video Guaidó, reconocido como presidente encargado del
país por medio centenar de Gobiernos desde 2019.
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