Oksana Linde, la pionera olvidada de la electrónica latinoamericana lanza su primer disco a los 74 años

Nació en Caracas, en 1948, pero sus padres fueron una pareja ucraniana que huyó de una Europa sumida en la Segunda Guerra Mundial. En Caracas, Linde pudo seguir una carrera científica, pero su exposición al mercurio y otros elementos le ocasionó daño en partes del cerebro y la obligó a abandonar su profesión.

Como en esa etapa pasó por dos embarazos, las secuelas llegaron a afectar a sus hijas desde el vientre. "A mí me dolió salir de los laboratorios, pero dedicarme a la música me ayudó en parte a superar esa frustración", afirma.

Su trabajo musical se dio a conocer coincidiendo con el surgimiento de una nueva escena de música de sintetizadores venezolana con nombres como Ángel Rada, Miguel Noya, Vinicio Adames, Oscar Caraballo, Aitor Goyarrola y Jacky Schreiber.

Fue en 1981 y a sus 33 años, cuando tras renunciar a su trabajo empezó a dedicar más tiempo a la música y a la pintura. ¿Cómo hizo? Pidió un préstamo para adquirir un sintetizador Polymoog, luego una grabadora de carrete abierto Teac, y un Moog Source.

 Con esa modesta logística armó su pequeño estudio en casa y compuso sus primeras piezas, ampliando su equipo con un mezclador de 16 canales, una Roland Tape Echo, una caja de ritmos TR505, un Korg M1, y ya años después un Korg TR88.

Linde supo crear un universo personal a partir de la exploración de los sonidos electrónicos y hacerse un lugar en un entorno eminentemente masculino, pero debido a la discriminación de género y a los prejuicios, la falta de oportunidades hizo que su archivo haya permanecido inédito hasta ahora.

Con el título de 'Aquatic and other worlds (1983-1989)', el sello especializado Buh Records acaba de editar una gran cantidad de su producción en una recopilación de edición limitada a trescientas copias en vinilo, una joya de coleccionista para cualquier amante del género.


 


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