Candidatos presidenciales : ¿Qué hacer con Venezuela?

El pasado viernes los candidatos presidenciales Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo visitaron Cúcuta y reiteraron la necesidad de adoptar medidas de apertura con respecto a la frontera con Venezuela. De hecho, prácticamente todos los aspirantes a la Casa de Nariño, con un mayor o menor grado de rechazo al régimen de Nicolás Maduro, hablan de un giro en las relaciones con el vecino país, en especial en términos comerciales.

A pesar del abordaje de ‘mano dura’ que ha caracterizado al gobierno de Iván Duque -que ha sostenido su apoyo al líder de la oposición y autoproclamado presidente interno Juan Guaidó- el entorno externo y las condiciones internas han venido mejorando para el gobierno autoritario de Caracas. La invasión rusa a Ucrania ha impulsado a Estados Unidos a buscar urgentemente sustitutos cercanos al petróleo de Moscú, por lo que el atractivo de Venezuela y sus grandes reservas de crudo ha crecido.

De hecho, en marzo pasado, una delegación de alto nivel de Washington visitó Venezuela y puso sobre la mesa las posibilidades no solo de reactivar la producción local de hidrocarburos, sino también el levantamiento de las sanciones de la era Trump. Es inocultable que la administración Biden está ponderando un cambio para suavizar su política hacia Maduro que contrasta con la actual postura de Colombia. En el frente interno, el vecino país ha venido experimentando otra “suavización” de su desastroso desempeño económico. Los analistas señalan que en 2021 Venezuela experimentó señales de recuperación en varias actividades productivas y el gremio Fedecámaras habla de un crecimiento del sector privado de entre 3,5 y 4 por ciento.

Si bien la economía bolivariana se habría contraído en alrededor de un 80% entre 2013 y 2020, la caída de 2021 habría sido mucho menor e incluso la Cepal estima un aumento de 5 por ciento del PIB en este 2022. El fenómeno de hiperinflación que ha destruido a los hogares y las empresas venezolanas en los años recientes viene asimismo morigerando su intensidad. Aunque la variación anual de precios en marzo registró un impresionante 282 por ciento, la inflación mensual ha estado cediendo. Colombia no puede perder de vista estos cambios en los vientos diplomáticos y económicos sobre el régimen de Maduro. Hoy el intercambio comercial con Venezuela no es ni la sombra del pico alcanzado en 2008 con unas exportaciones de más de US$6.070 millones e importaciones de casi US$1.200 millones. En 2021, de acuerdo al Dane, las ventas colombianas al vecino país registraron US$331 millones y las compras a Venezuela solo sumaron US$69 millones. El caso de las remesas es distinto. De acuerdo al Dane aproximadamente 2,2 millones de migrantes venezolanos habitan hoy en Colombia y también se han beneficiado de la reactivación económica. Mientras en 2020 los migrantes enviaron unos US$120.000 a su país de origen, este monto se disparó en 2021 a unos US$2,65 millones, de acuerdo al informe del Banco de la República. Si a esto se le suman los intercambios comerciales binacionales en las zonas fronterizas, estos constituyen lazos fuertes que la política desde las capitales no podrá borrar.

No obstante, demasiada agua ha pasado por debajo del puente en las relaciones colombovenezolanas, que incluye expropiaciones, multimillonarias deudas y la desaparición completa de un importante socio comercial. A pesar de este pequeño respiro diplomático y económico, no hay que llamarse a engaños sobre la devastada situación de los vecinos. El reto del próximo gobierno colombiano es participar activamente en los caminos para que la democracia venezolana retorne e ir avanzando con gradualidad en restaurar ese puente comercial.




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