Visión Antioquia 2040

 Los sueños de los antioqueños ya tienen un plan para cumplirse

Estas son las conclusiones del Foro “Visión Antioquia 2040. Corazón Verde de América”, organizado por EL COLOMBIANO.


El plan de Antioquia a 2040 fue presentado en un foro realizado por EL COLOMBIANO en Bogotá. FOTO EL COLOMBIANO

La educación y la formación, con el 15,9%, la agricultura y el desarrollo rural (14,4 %), la protección social, la salud y la vivienda (13,9 %), el desarrollo económico, el emprendimiento y el empleo (10,5 %), y la protección del medio ambiente (10,1 %), fueron los principales aspectos en los cuales los antioqueños distribuirían la inversión en el departamento si tuvieran la posibilidad de ser gobernadores del departamento.

Este fue uno de los hallazgos más relevantes del diálogo territorial que desde hace tres años viene realizando la Agenda Antioquia 2040 por los 125 municipios del departamento, en un ejercicio de planificación territorial que pretende plasmar los sueños de los antioqueños en un gran plan con mirada de largo plazo.

Claudia García, directora de la Agenda Antioquia 2040, dijo en la introducción del foro “Visión Antioquia 2040. Corazón Verde de América”, organizado por EL COLOMBIANO y que tuvo lugar el jueves 15 de junio en la Cámara de Comercio de Bogotá, que el objetivo de realizar este encuentro era revelarle al país la importancia de este ejercicio para el futuro del departamento, partiendo de las necesidades de sus habitantes, teniendo en cuenta sus particularidades, pues Antioquia es multicultural: “es caribe, es andina, es afro, es indígena, es pacífico, y todos tienen algo que aportar”.

Agenda Antioquia 2040

Claudia García explicó en su intervención que el propósito de este ejercicio era renovar la visión estratégica que tenía el departamento, nombrada antes como la “Visión Antioquia Siglo XXI”, que estableció marcos de largo plazo en Medellín y Antioquia y suministro políticas públicas, proyectos y procesos que han asumidos gobiernos sucesivos, los cuales pudieron desarrollarlos como consenso de lo que las personas y la región querían construir.

“El reto era desarrollar capacidades en los territorios, entendiéndonos como una región multicultural: somos caribe, andinos, afro, indígenas, pacíficos. La idea era convertir los sueños de los antioqueños en un plan y llevarlos a que sean una agenda de gobierno y de la sociedad”, concluyó la directora.

Una de las propuestas del plan es establecer una médula, una ciudad larga de cuatro corazones que recorrerá un trayecto de 250 kilómetros lineales y que comprende cuatro nodos que van desde el mar de Antioquia hasta el aeropuerto José María Córdova: Urabá, Occidente, Valle de Aburrá y Oriente.

“Este es un sistema territorial impresionante con muchas oportunidades y el potencial de ser una ciudad larga, con conectividad, diversidad de pisos térmicos y posibilidades multiculturales que será habilitada por grandes obras de infraestructura que ya existen o que se están concretando al mismo tiempo: el Túnel de Oriente, el Túnel de Occidente y el Túnel Guillermo Gaviria Echeverry, que será el más largo de América con 9,7 km”, concluyó la funcionaria.

Un diálogo de saberes

Carlos Manuel Herrera, vicepresidente de Sostenibilidad de la ANDI, señaló que no es común que en Colombia se den planteamientos similares de tan largo plazo y, por el contrario, muchos mandatarios están pensando más en diciembre de 2023 que en lo que pasará en 2040.

Algunos de los temas que el vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la ANDI sugiere priorizar en la Agenda Antioquia 2040 son la descarbonización del transporte, la biodiversidad (“algunos estudios afirman que al menos el 20 % de los municipios de Antioquia tendrán escasez de agua en veinte años”) y la economía circular, para generar una nueva generación de negocios verdes con el aprovechamiento de residuos como plástico, llantas, aceites de cocina, equipos electrónicos, entre otros.

Por su parte, William Camargo, ministro de Transporte, destacó el esfuerzo que este tipo de iniciativas hacen para invitar a todos los sectores públicos y privados, pero de manera especial a las comunidades, “que en definitiva son las que construyen esos sueños en las próximas décadas”.

El ministro insistió en que este ejercicio debería replicarse en otros territorios del país por el valor que aportan a la construcción de agendas comunes y a la puesta en territorio de una serie de iniciativas que solo tendrán sentido si todos coinciden en que son convenientes y se ponen de acuerdo en consolidarlas.

Sandra Forero, expresidenta de Camacol Nacional, destacó el esfuerzo técnico de recoger los intereses de la comunidad, en una articulación que permite tener un proceso de participación lo suficientemente amplio como para abordar distintas miradas.

“Este ejercicio tiene cosas muy buenas, como la mirada integral del territorio no solo con elementos técnicos que ofrece el mismo territorio y esas determinantes del ordenamiento que están muy bien definidas, sino desde cómo se aborda el diálogo, pues se generan preguntas que la gente puede contestar desde la emocionalidad de saber cómo quiere ver su territorio en los próximos años”, planteó.

Entre tanto, Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, celebró que Antioquia no solo se mire a sí misma, sino que mire al exterior y quiera conectarse con el mundo en una visión de largo plazo. “Antioquia es la región del país que más inteligentemente ha aprovechado el desarrollo de la infraestructura para promover el bienestar social y económico de las comunidades. Este ejercicio pone de presente que hay que basarse en una institucionalidad robusta, un andamiaje normativo que haga propicio el desarrollo del sector de la infraestructura y una visión de largo plazo”, sostuvo Caicedo.

Al finalizar, Sandra Gómez, expresidenta de Findeter, comentó la importancia de planear desde el territorio, preguntándoles a todos sus habitantes cómo se lo imaginan, pero también cuestionando cómo se van a financiar esas grandes obras y proyectos sociales que surjan de las propuestas recibidas.

“Planificar un territorio se toma unos dos años, pero esto no puede ser proyecto del político de turno, de su capricho o su soberbia, y pensar que porque lo hizo su antecesor no sirve. Hay que pensar que la planificación del territorio se hace con la comunidad, con las ganas de la gente y por lo que esta trabaja”, cerró Gómez.

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