Cursos formativos de 16 semanas serán ofertados en 10 municipios de las dos subregiones más pobres del departamento.
El lanzamiento del Sistema de Educación Superior tuvo lugar en la Cámara de Comercio de Caucasia. FOTO JULIO CÉSAR HERRERA
Con música vallenata se abrieron 5.000 cupos para estudiar en el Bajo Cauca y el Nordeste, dos de las subregiones con más pobreza en el departamento. En Caucasia, el epicentro de la región, se celebró un evento corto, amenizado con acordeón, para celebrar la apertura de los cursos. Desde ayer los bachilleres podrán acceder a los 182 programas que ofrecerán las cinco instituciones de educación superior del departamento.
El evento estuvo precedido por el gobernador Aníbal Gaviria, quien dijo que ahora “la pelota estaba en el campo de los muchachos del Bajo Cauca”. Son programas cortos, de tres meses, que pueden dar elementos a los jóvenes para continuar sus carreras. Hay diplomados de todo tipo, desde robótica hasta el manejo del mercurio y la explotación minera. Gaviria comentó que la apertura de estos cursos se debe a una unión del Tecnológico de Antioquia, la Universidad de Antioquia, la Universidad Digital, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid y la Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín). El asunto ahora es que sea una programa de largo plazo, y no cursos cortos para unas cohortes.
En ese sentido, el gobernador dijo que se radicará un proyecto de ordenanza en la Asamblea para hacer del programa una política pública. El siguiente paso, dijo también Gaviria, es llevar una oferta similar a otras subregiones donde también hay grandes brechas en educación.
El Bajo Cauca todavía está todavía golpeado por el paro minero que paralizó a la región entre marzo y abril. Por eso, los jóvenes celebran que lleguen oportunidades, aunque son conscientes del rezago de la región. Uno de los problemas principales es la dificultad para moverse entre un pueblo y otro, incluso entre veredas.
Durante el paro, recordó Santiago Álvarez, estudiante de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, las clases se suspendieron y los pueblos del Bajo Cauca vivieron una suerte de parálisis. Y esto sucedió por la debilidad del Estado. Colegios y universidades cerraron, mientras la troncal a la costa fue bloqueada con palos y árboles atravesados.
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