Falta de firmeza por parte del Gobierno y desconocer experiencias pasadas son algunas de las fallas que los expertos identifican.
Culminó una de las semanas más tensas en los diálogos entre el Gobierno Nacional y el Eln, que sigue dando muy pocas muestras de voluntad de paz pues, al mismo que está sentada en la mesa de negociación, en la que ya se ha acordado un cese al fuego, sigue secuestrando y decretando paros armados, como el que se vivió esta semana en el Chocó.
Luis Manuel Díaz, padre del jugador de la selección Colombia Luis Díaz, o el profe ‘Mane’, como lo conocen en su tierra (Barrancas-La Guajira), ya recuperó su libertad, pero un buen número de personas, menos reconocidas, permanecen en cautiverio.
Además de la indignación que producen, estos hechos dejan en evidencia las fallas que ha cometido el Gobierno en las negociaciones con el Eln, en el marco de la denominada Paz Total.
Falta de firmeza por parte del Gobierno, al permitir que el Eln imponga sus condiciones; desconocer experiencias pasadas, a pesar de que Colombia tiene una larga historia de negociaciones tanto exitosas como fallidas, y no ser transparente en lo que se ha acordado, son solo algunas de las fallas que los expertos identifican y que el Gobierno debería corregir pronto si quiere que este proceso de paz no termine en otra frustración.
Fue el Eln el que puso la agenda
Francisco Daza, coordinador de paz territorial y derechos humanos en Pares, apunta que “los procesos en el marco de la paz total han sido muy disruptivos frente al historial de procesos de paz de Colombia”, en especial porque los grupos armados no llegaron a la mesa debilitados –como fue el caso de las FARC– luego de operativos de la Fuerza Pública. Por el contrario, el Eln llegó armado y con expansión territorial.
Aunque “no es un fortalecimiento espontáneo”, dice, pues “el gobierno anterior también descuidó la seguridad”.
En este escenario se le permitió a la delegación poner la agenda y no se contemplaron temas tan fundamentales como el fin del secuestro y de la extorsión.
De hecho, estaba previsto que en el quinto ciclo de conversaciones en México –que fue pospuesto recientemente– únicamente se diera un balance del cese al fuego vigente y de la participación de la sociedad mediante el Comité que se creó en agosto de este año. Es decir, tampoco había vestigios de la erradicación de la práctica del secuestro.
Lineamientos del cese al fuego
Esto permite mencionar otro tema, y es que en el Decreto 1117 de 2023, mediante el cual se dictaron los lineamientos del cese al fuego bilateral y temporal con el Eln, que está vigente desde el 3 de agosto hasta el 29 de enero de 2024, se ordena la suspensión de operaciones militares y operativos policiales ofensivos mas no se prohíben actos repudiables como el secuestro.
Se pueden recordar también las declaraciones de Pablo Beltrán, jefe negociador del Eln, al término del tercer ciclo de conversaciones en La Habana. En ese momento afirmó que las ‘retenciones’ se harían de ser necesarias y que “las operaciones de finanzas del Eln se comentaron a discutir, pero esa discusión no terminó”.
Solo hasta ahora es que la delegación del Gobierno está exigiendo acabar con esta práctica para continuar los diálogos. Así lo afirmaron en un comunicado reciente: “Nuestra delegación exige desde ya, y exigirá en la próxima reunión con la delegación del Eln, que cada una de las personas que esta organización tiene en cautiverio sea liberada en condiciones de seguridad y dignidad de manera inmediata”. Bastante tarde.
A pesar de que esta debió ser una condición básica para comenzar la negociación, el Eln sigue negándose a abandonar este delito, con el argumento de que es parte de su financiación.
Su comandante Antonio García dijo este viernes que ese grupo “no aceptará imposiciones ni chantajes”, por lo que invitó al Gobierno a que “no se haga ilusiones” con esta idea hasta que se encuentre una solución real a la problemática que supone la financiación del grupo armado.
Este fue el acto Público de instalación del Comité Nacional de la Participación -instancia transitoria de la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional-Eln.
Falta de celeridad
Ante las demoras también han surgido comentarios. Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz & Reconciliación, resalta que “si la mesa es tan esporádica va a ser difícil seguir avanzando”. Y pone un ejemplo claro: la etapa de participación va a tardar un año definiendo metodología.
Para corregir este aspecto, el pasado 10 de octubre se instaló de manera permanente en Bogotá una mesa de diálogos interciclos que sesionó en la sede de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Sin embargo, un mes después son pocos los resultados que se comparten con el público.
En palabras de Bonilla, este gobierno entró a la mesa sin tener claros los máximos y mínimos que existen en un proceso de paz, y esta ha sido una de las mayores fallas, por lo que ahora lo que debe hacer no es solo trasladar las líneas rojas de la retórica al plano real, sino generar confianza entre la población que experimenta un sentimiento de desesperanza.
Del lado del Eln, ella considera que en otro escenario buscarían validación en sus sectores más cercanos, pero esta ya no es una opción “porque hay un repudio universal al secuestro”: “El único camino que tiene el Eln es la paz, pero les cuesta admitirlo”, indica la experta.
Desconexión entre la mesa y los frentes
En penúltimo lugar está una realidad que el propio Pablo Beltrán, líder de la delegación del Eln admitió cuando se instaló la mesa permanente en Bogotá: una cosa es lo que se habla entre delegaciones y otra lo que ocurre en la selva.
En esa oportunidad el jefe negociador mencionó que se había trasladado al Bajo Calima y al Medio San Juan, zonas denominadas como críticas por las masacres y asesinatos de líderes sociales que se han registrado. Su objetivo fue mantener a las filas informadas para evitar tropiezos en el cese al fuego.
“Es una peste para el país que haya disidencias y el antídoto es tener informados a los frentes y a las comunidades donde están los frentes”, afirmó Beltrán a medios de comunicación.
No obstante, un mes después quedó demostrado que no solo hay una desconexión comunicativa, sino también ideológica con el secuestro del ‘profe Mane’, pues tuvieron que pasar varios días para que Colombia se enterara de que estaba en poder del Eln y ellos mismos admitieron que fue un error su rapto.
“Se supone que Antonio García cerró filas. Esta desconexión responde a cómo opera el Eln, que en este caso es de manera binacional.
Además hay cambios generacionales dentro de la organización”, señala Francisco Daza.
El papel del mecanismo de monitoreo y verificación
Luego está el funcionamiento del Mecanismo de Monitoreo y Verificación del Cese al Fuego, integrado por delegados del Eln y de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, la Conferencia Episcopal y la Misión de la ONU en Colombia.
Su misión es prevenir o desescalar incidentes armados entre las partes, incentivar participación de sociedad civil, reportar la presencia de acciones armadas que afecten la vida y la seguridad de las comunidades y mejorar la situación humanitaria de la población. Sin embargo, al preguntarle por este punto a Daza, él afirma que “no ha sido muy claro en rendir cuentas y eso puede generar una ola de escepticismo”.
Así las cosas, se espera que tome determinaciones más contundentes, pero estas también pasan por el Presidente Petro, a quien se le pide que demuestre su autoridad y sea claro en las intenciones del Gobierno de cara a la paz.
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