“Presidente, si usted tiene un problema de adicción, lo invito a que lo devele”: María Jimena Duzán a Petro

María Jimena Duzán y Gustavo Petro. Foto cortesia

María Jimena Duzán, una reconocida periodista y columnista en Colombia, provocó una fuerte controversia en el país con una carta que publicó el pasado domingo. En esta carta, dirigida al presidente de Colombia, Gustavo Petro, Duzán aborda temas que van desde su simpatía inicial por el mandatario hasta su desilusión con su desempeño en el poder.

En la introducción de su artículo, Duzán se refiere a la posibilidad de que el presidente Petro esté lidiando con un problema de adicción y lo insta respetuosamente a enfrentarlo. Ella enfatiza que la adicción es un problema de salud que afecta a muchos colombianos y que no debería ser considerado ni pecaminoso ni una falla moral.

Duzán comienza la carta expresando su respaldo inicial al presidente Petro, habiendo sido una de las colombianas que votó por él en las elecciones presidenciales con la creencia de que representaba un cambio deseado por una gran mayoría de colombianos. También celebra la victoria del Pacto Histórico como un soplo de aire fresco que revitalizó la política colombiana y critica las acusaciones de "petrofobia" que retrataban al presidente como un amenaza para la propiedad privada y el Estado de derecho.

Sin embargo, a lo largo del texto, Duzán expone su creciente desilusión con el desempeño del presidente Petro durante su primer año y medio en el poder. Lo acusa de oportunidades perdidas y desgobierno, así como de parecer cansado y confundido por el poder. Duzán se pregunta si el presidente Petro realmente sabe cómo utilizar las facultades presidenciales y critica sus frecuentes ausencias, que, a su juicio, dejan al país en incertidumbre y permiten que sus subalternos acumulen poder y gobiernen a su conveniencia.

“Nunca me imaginé es que usted fuera a aislarse y a ausentarse cada vez más del poder, en lugar de utilizar estas facultades presidenciales. Es como si a usted, señor presidente, le pesara su destino. No sé si lo sabe, pero sus continuas ausencias dejan al país en suspenso, lo sumen en la incertidumbre y solo sirven para que sus subalternos amasen poder, gobiernen a su acomodo y le mientan al país fabricando historias para justificar sus ausencias que ya nadie cree”

La periodista lamenta que el presidente Petro haya perdido su imagen de conciliador y de representante de una izquierda no sectaria. Señala sus trinos inoportunos, algunos de ellos con mala ortografía y otros con información incorrecta, como el supuesto triunfo del Pacto Histórico en elecciones pasadas. Duzán argumenta que el presidente Petro ha adoptado una actitud confrontacional, más propia de un activista que de un presidente, y critica a la oposición por no cuestionar sus errores, ya que creen que la izquierda se dirige hacia su propio declive.

“Hoy solo tenemos al Petro atrincherado que dispara trinos que llaman a la confrontación y que parecen hechos por un activista, no por un presidente. Quien más disfruta de este espectáculo es la oposición que se ha quedado callada con cada metida de pata del gobierno, porque está convencida de que la izquierda va camino al suicidio”, le sentencia.

Finalmente, Duzán sugiere que la explicación a la conducta del presidente Petro podría ser una adicción y le insta a reconocerla y buscar tratamiento, argumentando que, de ser cierto, la adicción podría estar influyendo en sus acciones de gobierno.

La carta de María Jimena Duzán ha generado un amplio debate en Colombia sobre la gestión y el comportamiento del presidente Petro, así como sobre la importancia de abordar abierta y responsablemente los problemas de salud, incluyendo la adicción, en los líderes políticos.

“En un gobernante que padezca esta enfermedad pasa lo mismo: todos sus actos de gobierno estarían profundamente influidos por la adicción”, dice la carta publicada en Cambio.
Y frente a esta posible realidad le dice: “Presidente, si usted tiene un problema de adicción, lo invito respetuosamente a que lo devele. La adicción es un problema de salud que afecta a muchos colombianos y aceptarlo no es ni pecaminoso ni es una falla moral. Tampoco es una tara. Es una enfermedad que tiene solución si se trata a tiempo. Déjese tratar, presidente”.

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