Importación de Gas de Venezuela a Colombia: Retos y Perspectivas

La idea de que Colombia importe gas de Venezuela no es nueva. Desde 2007, los dos países tienen un acuerdo que autoriza a Ecopetrol y PDVSA a la compraventa y transporte de este combustible a través del gasoducto binacional Antonio Ricaurte. Aunque ahora se pretende retomar dicha negociación, existen obstáculos jurídicos, económicos y operativos que dificultan los planes.

Actualmente, las reservas de gas de Colombia se encuentran en un momento crítico: en los últimos 10 años han caído un 51%, pasando de 5.727 gigapiés cúbicos a 2.817 en 2022. Según proyecciones, dentro de 4 a 6 años el país podría enfrentar un déficit para atender la demanda. Aunque existen proyectos que garantizarían el suministro hasta 2028, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, aseguró que para desarrollarlos se necesitarían entre siete y nueve años. Por esta razón, Roa considera necesario que a partir de 2025 se comience a importar gas del vecino país.

No obstante, para los expertos, esto no se lograría al menos para ese año, debido a graves problemas de infraestructura en la tubería, las sanciones sobre Venezuela y la falta de claridad sobre la calidad del combustible. La infraestructura del gasoducto Antonio Ricaurte, que se extiende desde los yacimientos de gas de la región occidental de Venezuela, cerca del lago de Maracaibo, hasta la estación Ballena en La Guajira, no ha sido utilizada desde 2015 y su falta de mantenimiento representa riesgos de seguridad.

El plan de negocios de PDVSA incluye realizar las inversiones necesarias para la rehabilitación y operatividad del gasoducto Antonio Ricaurte, las tres estaciones de seccionamiento y una terminal, en un plazo menor a un año contado a partir de la confirmación del acuerdo de reorganización. Sin embargo, los expertos consideran que estos trabajos de adecuación tardarían varios años, por lo que no sería viable comenzar la importación en 2025.

La capacidad del gasoducto es de aproximadamente 500 millones de pies cúbicos diarios, y la inversión para su construcción, a cargo de PDVSA, fue de 335 millones de dólares. Según Roa, inicialmente se planea transportar entre 50 y 60 millones de pies cúbicos diarios de gas.

Actualmente, Colombia importa gas desde Estados Unidos, Reino Unido y Trinidad y Tobago para suplir la demanda de las termoeléctricas y enfrentar eventos como el fenómeno de El Niño. Entre enero y diciembre de 2023, se registró un promedio de importación de gas de 88,9 millones de pies cúbicos por día, lo que representó un aumento del 2.506% frente al mismo periodo de 2022 (85,5 millones de pies cúbicos por día más).

El reto de importar gas de Venezuela a Colombia no solo implica la superación de desafíos técnicos y logísticos, sino también la gestión de un entorno político y económico complejo. Mientras se navegan estas dificultades, la búsqueda de soluciones a largo plazo para la seguridad energética de Colombia continúa siendo una prioridad ineludible.

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