Los
chavistas que se han pronunciado aseguran que es falso y que se trata de una
treta de Estados Unidos
Nicolás
Maduro ha guardado silencio durante las primeras horas después de las nuevas
revelaciones sobre el caso del empresario colombiano
Alex Saab que señalan que estuvo como informante de la DEA
(Administración de Narcóticos de Estados Unidos) desde 2018. Se trata de un
duro golpe contra la narrativa que ha construido el chavismo que lo defiende
desde su investidura como diplomático, un título que le dieron seis meses
después de haber sido detenido en Cabo Verde en junio de 2020. Washington, por
su parte, le considera una pieza clave para desentrañar la corrupción del
Gobierno venezolano, pues se le señala como presunto testaferro de altos cargos
en el entorno del mandatario y operador financiero en su etapa más crítica,
cuando empezó a ser cercado por las sanciones.
Algunos
miembros de su Gobierno, sin embargo, han adelantado que se trata de una
mentira. El miércoles, mientras Saab volvía a presentarse en una corte de
Miami, se realizó un foro en Caracas para alzar una bandera en su defensa en el
que participó su esposa, Camilla Fabri, y el viceministro de Políticas
Antibloqueo, William Castillo, miembro de la delegación chavista en las
negociaciones en México. El espacio que se anunciaba como un conversatorio
sobre el impacto del bloqueo económico al país y el caso del empresario
colombiano fue la tribuna para las primeras reacciones. El principal alegato
que han esbozado para poner en duda la información revelada es que si Saab
fuese un colaborador de la justicia estadounidense no hubiese sido sometido a
más de un año de prisión en Cabo Verde, que para el chavismo fue un secuestro,
ni a las supuestas torturas que su defensa ha denunciado.
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