El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvieron ayer una reunión bilateral en Brasil./
Los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Venezuela, Nicolás Maduro, dieron ayer un nuevo paso para lograr avances en la identificación y recuperación de los cuerpos de todas aquellas personas que fueron víctimas de los paramilitares en la frontera entre Norte de Santander y el estado Táchira, a comienzos de la década del 2000.
En respuesta a la solicitud que hizo recientemente el excomandante del Bloque Catatumbo de las Autodefensas, Salvatore Mancuso, primero en un acto de reconciliación en Juan Frío (Villa del Rosario) y posteriormente en la JEP, los mandatarios de los dos países acordaron trabajar en conjunto para empezar la búsqueda de esos restos y poder entregárselos a sus familiares.
Mancuso reveló que con la intención de desaparecer los muertos y borrar evidencia de la barbarie que estaban cometiendo en esta región del país, al menos 200 cuerpos fueron dejados en territorio vecino o arrojados al río Táchira para que terminaran al otro lado de la frontera.
“En Venezuela se coordinó con unos militares, no tengo los nombres, pero allá hay cementerios con más de 200 personas en San Cristóbal, Ureña, San Antonio, la Fría y Boca de Grita. Otros fueron arrojados al río y también aparecieron en Venezuela. Estos hechos de los cementerios de Venezuela empiezan desde el año 2002 en adelante, aproximadamente”, le dijo Mancuso a los magistrados de la JEP, durante una de las audiencias en las que participó de manera virtual, a mediados de mayo.
Al respecto, el presidente Gustavo Petro, quien se encontró con su homólogo venezolano en Brasil en la cumbre de presidentes de América del Sur, dijo que Colombia va a adelantar todas las labores que sean necesarias, con los expertos en identificación de cadáveres que tiene el país, para que esa búsqueda produzca resultados positivos.
“Estamos de acuerdo (con Maduro) y vamos a desarrollar toda la labor que podamos, con nuestros expertos en identificación de cadáveres, pues Colombia tiene ya una tradición en eso, tiene experiencia”, manifestó el jefe de Estado.
Petro dejó abierta, incluso, la posibilidad de que esa búsqueda sea acompañada por el propio Mancuso, quien días atrás se puso a disposición de las autoridades para ir hasta Venezuela, si se le permite su regreso al país, y encabezar la recuperación de todos los cuerpos que terminaron enterrados del otro lado de la línea fronteriza.
“Si Mancuso logra detectar las zonas, si efectivamente allí hay cadáveres, pues el Estado venezolano nos ayudaría al regreso de los restos y a la entrega a sus familiares”, aseguró el presidente de Colombia.
A mediados de mayo, el canciller Álvaro Leyva anunció que habían llegado a un acuerdo con el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil Pinto, para proporcionar unos “prontos y eficaces mecanismos institucionales” que permitan localizar los restos mortales de nacionales colombianos dados por desaparecidos en zona de frontera y sepultados en
territorio venezolano.
Según la versión que entregó Salvatore Mancuso en la JEP, la participación de Venezuela se dio de manera paralela a la historia de los hornos crematorios de Juan Frío que horrorizaron a Villa del Rosario y marcaron para siempre la vida de este municipio fronterizo.
El exjefe paramilitar contó que cuando los comandantes de las AUC que estaban en la zona decidieron destruir el horno de Juan Frío, empezó una práctica diferente que fue arrojar las víctimas a territorio venezolano. “Algunos miembros de autodefensas ingresaron hasta Venezuela, para dejar fosas en ese país”, les contó a los magistrados.
A propósito de su confesión, hace unos días la Jurisdicción Especial le pidió a Mancuso ampliar buena parte de la información que aportó y entregar datos concretos, como los nombres de los militares venezolanos que, según dijo en una de las audiencias, estuvieron vinculados con la desaparición de cadáveres en la frontera entre Colombia y Venezuela
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