Las razones son: desorden público, conflictividad social, carga fiscal y falta de reglas de juego claras.
Los problemas en materia de seguridad, sumado a la incertidumbre en inversión por la alta carga fiscal y la falta de reglas claras de juego en normas jurídicas llevaron a las mineras Agnico Eagle, Fortescue Metals, Barrick Gold, Royal Road Minerals, Iam Gold y Touchstone Gold a frenar sus operaciones, y posiblemente a cerrarlas.
El pasado jueves se conoció que las cuatro primeras compañías de la lista tomaron la determinación de parar sus tareas de exploración y consideran abandonar el territorio nacional si las condiciones no cambian.
Así lo indicó Juan Camilo Nariño, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Minería, quien afirmó que a los problemas de orden publico, se sumó “la incertidumbre actual del país en relación con la inversión”, para tomar la decisión de cerrar las actividades e irse de Colombia.
El líder gremial, quien se abstuvo de revelar los nombres de las empresas mineras por confidencialidad, indicó que desarrollaban sus operaciones para producir oro y cobre en Antioquia, Caldas, Cauca, Nariño, Huila y Putumayo, y que por el cese de estas actividades se dejaron de invertir en Colombia entre US$35 millones a US$50 millones.
Además, esta situación se conoce días después de los problemas de orden público que afrontaron las mineras Zijin Continental en su proyecto aurífero de Buriticá, y Mineros con su tarea en El Bagre, ambos en Antioquia, y que muestran que no son los únicos con problemas para desarrollar sus actividades.
Las mineras que frenan
De estas cuatro empresas mineras que levaron anclas en su operación en el último año, Agnico Eagle, Fortescue Metals y Barrick Gold no poseían títulos para desarrollar en Colombia, como lo confirmaron fuentes de la Agencia Nacional de Minería, ya que su intención era establecer joint venture con pares que si los poseyeran.
Así, las cuatro compañías redujeron o congelaron las inversiones derivado de las complejas relaciones con las comunidades y los esguinces jurídicos a las normas mineras.
“Sumado a lo anterior, el sector debe convivir con una política de gobierno que los golpea en el plano fiscal y operacional. Hay expectativas sobre la propuesta de la Ley de Nueva Minería, la prohibición de minería a cielo abierto, la suspensión de la titulación minera, la política de protección de la minería sin título y los nuevos requisitos ambientales que se le colgarían para obtener la licencia”, señaló Inés Elvira Vesga, partner en Holland & Knight.
De las cuatro mineras, Agnico Eagle es conocida en el sector minero porque desarrolló dos acuerdos de inversión. Uno, con el productor de oro Newmont Mining Corporation para realizar actividades de exploración en el proyecto Anzá en Antioquia, y dos con Royal Road Minerals para financiar operaciones de exploración en Colombia y Nicaragua.
Agnico, con sede en Toronto (Canadá), opera actualmente en este país y en México, Estados Unidos, Finlandia y Suecia.
La otra minera que saldría del país es Fortescue Metals, con oficina matriz en Perth (Australia) y que llegó a Colombia en 2019 para explorar y producir cobre.
Desde entonces, radicó ante la Agencia Nacional de Minería 64 solicitudes de concesiones de exploración en áreas con potencial de cobre y oro, en municipios como Algeciras, Gigante, Baraya, Hobo o Tello, en Huila, y Puerto Asís, Orito y Villagarzón, en Putumayo. También pidió permiso para hacer estudios en Nariño.
Las inversiones para estas tareas llegaron a los $6.000 millones. Sin embargo, los movimientos que realizaron grupos de ambientalistas comenzaron a desacelerar la operación, y con la llegada de la pandemia, que golpeó a muchas compañías mineras, no le dejó más alternativa que comenzar a devolver los permisos.
En el mismo año también aterrizó la canadiense, con sede en Toronto, Barrick Gold Corporation, considerada por los analistas como la multinacional dedicada a la producción de oro más grande del mundo.
Su portafolio está compuesto por el desarrollo de 23 complejos mineros en EE. UU., República Dominicana, Canadá, Australia, Argentina, Chile, Perú, Nueva Guinea y Zambia. Así mismo, la mitad de los volúmenes de extracción los obtiene de las tareas en EE. UU. y Canadá, el 25% de Australia, 19% de Suramérica, y el 6% de África.
En la actualidad, Barrick ejecuta varios proyectos de exploración en más de 15 países. A diferencia de las otras tres, esta compañía ya no está en Colombia.
Desacelera la operación
La minera británica Royal Road Minerals, que frenaría su inversión en Colombia, está bien referenciada en el mapa de la operación extractiva en el país.
Su más reciente movimiento fue registrado en junio de 2021 cuando anunció a través de un comunicado que había recibido el aval de las autoridades para desarrollar los proyectos Güíntar, Niverengo y Margaritas en Anzá (Antioquia).
“La integración e interpretación de nueva información geológica en los proyecto se ha combinado para definir algunos objetivos nuevos y convincentes en profundidad”, señaló en ese momento Tim Coughlin, director ejecutivo de Royal Road Minerals.
La minera, con casa matriz en Londres (Reino Unido) y con operaciones en Arabia Saudita y Argentina, ha expresado al sector minero del país que por el momento siguen en Colombia, más cuando tienen títulos, pero han dejado en claro que seguirán con mucha vigilancia y cautela para tomar decisiones en el futuro.
La minera británica además concentra sus esfuerzos de exploración en los proyectos La Golondrina y La Redención en La Llanada (Nariño).
Otras dos que salieron
A la lista de las cuatro mineras que frenaron sus tareas se suman las compañías Iam Gold Corporation y Touchstone Gold.
En el caso de la primera, además de los problemas económicos y de insolvencia a nivel interno, se sumó que la operación que desarrollaban en Titiribí (Antioquia) fue frenada por un Acuerdo del Concejo del municipio que prohibió las tareas mineras en la zona.
El complejo minero para la producción a mediana escala e industrial de oro inició tareas en el 2010, pero hoy está en proceso de cierre.
Para la minera, con sede en Toronto (Canadá), el manejo de las normas mineras en Colombia es complejo y al acomodo de los entes municipales, los cuales gestionan ante los concejos Acuerdos para frenar la operación extractiva, así la Corte Constitucional con la sentencia 095 de 2019 lo haya prohibido.
Así mismo, Iam Gold recalca que si bien la directriz ambiental en el país la dicta el Ministerio de Ambiente, las corporaciones autónomas regionales siguen las directrices de los alcaldes o gobernadores, y esto perjudica el normal desarrollo de una operación minera.
Una situación similar vive la minera Touchstone Gold, que se dedica a la producción de oro y plata en Segovia (Antioquia) y cuya administración no descarta cerrar la operación.
La causa que los llevaría a tomar la decisión es la demora por parte del Ministerio de Ambiente para avalar una solicitud de licencia con el fin de ampliar la operación del proyecto, la cual ya lleva más de 300 días (cuando por lo general no demora más de 100 días), y con la que buscan hacer sostenible desde el punto de vista económico la operación
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