A menos de 15 días de que finalice la fecha límite que tiene la concesión vial Covipacífico para entregar la carretera 4G Pacífico 1, su gerente, Mauricio Millán Drews, indicó que ya se ejecutaron en un 96% las obras encargadas y anunció que si la verificación que hace la ANI es satisfactoria, este mismo año se habilitaría el paso de vehículos.
Si bien Millán indicó que “todo lo que se podía ejecutar dentro del proyecto ya está ejecutado”, llamó la atención de los frentes de obras que no quedaron dentro del contrato de concesión y dijo que quedarán varios pendientes para que Pacífico 1 tenga un impacto real en el Suroeste, obras que recaerán en la ANI.
Esta es la vía de 50 kilómetros que unirá a Medellín con el corregimiento de Bolombolo de Venecia. Es clave porque es la conexión con el corredor Pacífico 2 (Bolombolo-La Pintada) y el suroccidente del país a través de la vía Pacífico 3 (La Pintada-Risaralda).
El gerente Millán remarcó la necesidad de definir qué pasará con la construcción del intercambio vial de Primavera en Caldas, así como la ampliación de los 3,2 kilómetros de tramos en calzada sencilla distribuidos entre este mismo sector y la zona de Cuatro Palos y que hoy están bajo la tutela del Invías, por lo que la concesión no los puede intervenir hasta que la ANI así lo decida.
Otro punto es un tramo de poco más de 300 metros en la vereda Porvenir, en Titiribí, que une el intercambio de esta zona con el de Camilo C y que presenta una condición geotécnica especial que ha entorpecido el desarrollo de la doble calzada allí. A este punto habrá que buscarle una solución definitiva, tal vez a través de un falso túnel, para que la vía pueda continuar.
Este es uno de los modernos túneles del proyecti 4G. Foto: Manuel Saldarriaga.
“Por eso, para mitigar esta situación, construimos un ‘bypass’ con buenas especificaciones de ancho y de seguridad para con él unir el intercambiador de Camilo C, el Túnel de Amagá y el intercambiador de Titiribí. Este ‘bypass’ estará pavimentado la próxima semana y será la solución provisional para continuar hasta que se dé luz verde a una alternativa definitiva”, añadió.
Finalmente, falta definir el futuro del paso por el sector de la Sinifaná, afectado por un enorme derrumbe en 2019. Actualmente, Covipacífico le presentó a la ANI unos diseños iniciales para solucionar este punto que comprende cerca de un kilómetro de vía y dos túneles de 800 metros. De estos, actualmente la ANI discute sus modificaciones finales para conocer cuánto cuesta.
El directivo reseñó el avance de dos obras que no estaban inicialmente en el contrato: el sector de Paso Nivel, al que apenas le faltan unos 300 metros para quedar pavimentado, y los retornos de Carcafé hacia Angelópolis —que avanza en 50% y se espera entregarlo en 2024— y el del sector Arenas, que se espera iniciar este año. La construcción de los dos retornos tendría un valor cercano a los $130.000 millones. A estos avances se suma la culminación del intercambio de Camilo C., y los túneles de Amagá, que llevan al intercambio de Titiribí. Esta obra comprende dos túneles de 3.616 m en doble calzada.
Aunque Covipacífico es enfática en señalar que Pacífico 1 es el resultado de esfuerzos conjuntos con la ANI, la concesión también indicó que en la Agencia también recae la habilitación de los corredores terminados que unirán el sur del Aburrá con el intercambio de Titiribí en casi 40 minutos.
Según el gerente, el paso por lo que está listo solo podrá darse luego de la recepción de las obras por parte de la ANI, lo que también incluye la búsqueda de un mecanismo contractual que permita la habilitación de la vía, hechos que tomarían casi dos meses. “Es muy duro dar una fecha, pero siempre y cuando se pueda seguir ese camino con la ANI, y si todo sale bien, esperaríamos que este año se pudiera abrir al público”, puntualizó Millán.
Por las dificultades del terreno y la ola invernal, han sido grandes los retos de ingeniería de Covipacífico. Dichas situaciones causaron demoras que han alargado el desarrollo del proyecto y han desesperado al Suroeste. Sin embargo, después de tanto trabajo, el futuro del proyecto no se definirá en las montañas del Suroeste, sino que se hará desde algún escritorio en Bogotá.
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