Sueldo de congresistas


El Congreso de la República no deja de darles inexplicables sorpresas a los colombianos. Mucho se les ha escuchado prometiendo que reducirán los salarios para dejar de estar tan lejos de la realidad de la mayoría de habitantes del país, pero todo termina siendo un simple maquillaje.

Cuando Colombia creía que en esta oportunidad sí era verdad que los padres de la patria iban a hacer la cuota de sacrificio, a último momento surgieron asuntos que siguen siendo inexplicables.

Primero, que aunque el proyecto de ley para el recorte salarial parece estar cobrando vida, resulta que en últimas no es ni lo que se espera y que está lleno de ‘jugaditas’, tan famosas en el Senado y Cámara de Representantes, que en el evento de perdurar terminarán dejando todo como se encuentra o, incluso peor.

En la votación del Senado de la República quedó determinado que los legisladores pasarán de ganarse $43.4 millones a $33 millones mensuales, en la eventualidad que en la Cámara también se le dé el mismo trámite para eliminar una prima especial de la cual gozan actualmente.

Leyéndolo así, la ciudadanía creería que sus actuales representantes en el Capitolio Nacional han jugado por romper una de las brechas que tanto se ha cuestionado en un país con altos índices de pobreza y desigualdad.

Sin embargo, al profundizar nos encontramos con una de las tantas extrañas sorpresas a los que nos acostumbra el poder Legislativo, porque el descenso en la asignación de los sueldos comenzará a operar a partir del 20 de julio de 2026, lo cual equivale a indicar que los actuales congresistas continuarán con el sueldo actual, ganando 42 veces más que quienes devengan el salario mínimo en el país, por ejemplo.

Sin embargo los bonos de la gasolina y una proposición que es considerada como una puerta abierta a que los senadores y representantes puedan obtener millonarias partidas, indican que la situación en el honorable Congreso de la República todavía requiere de mucho trabajo para poner las cosas en orden.

Se ha puesto al descubierto que algunos congresistas, no ahora sino desde la legislatura pasada cuentan con ‘bonos de la gasolina’ que significa otro gasto a costas de los impuestos que pagan los colombianos.

Eso hay que depurarlo y ponerle freno definitivo porque no puede revivirse aquella famosa época en que se decía que no les alcanzaba el sueldo para pagar la gasolina de las camionetas que ellos utilizan en sus desplazamientos.

Y lo que hoy también tiene al debate al rojo vivo, y que podría terminar siendo una carga de profundidad contra el siempre malogrado recorte salarial, es la proposición que comenzó a circular como un fantasma por las plenarias para que los congresistas puedan ejercer otras actividades económicas con el fin de suplir la reducción del sueldo.

Ese posible palo en la rueda, de carácter constitucional, que se coló en el Senado levantó diversas interpretaciones. Mientras unos dicen que es contrario al artículo 180 de la Constitución que no permite que los congresistas tengan otro trabajo aparte de su exclusividad en el Congreso, otros advierten que eso significa legislar en causa propia buscando llenarse más los bolsillos, en tanto que sus defensores dicen que eso simplemente es para que los legisladores se ganen el sueldo con sus profesiones.

¿Será que ahora sí este intento prosperará y el Gobierno nacional podrá destinar los dineros que se ahorren por el recorte a los padres de la patria, en un 50% para la educación rural y el monto restante para beneficiar las condiciones de los policías y soldados del país? ¿O las jugaditas ganarán la partida y continuaremos con esta enorme brecha abierta? Veremos.

Y lo que hoy también tiene al debate al rojo vivo, y que podría terminar siendo una carga de profundidad contra el siempre malogrado recorte salarial, es la proposición que comenzó a circular como un fantasma por las plenarias para que los congresistas puedan ejercer otras actividades económicas con el fin de suplir la reducción del sueldo.

Editorial La Opinión

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