¿Qué se mueve por las trochas entre Colombia y Venezuela?

Las trochas, caminos ilegales que serpentean entre la maleza en la frontera entre Colombia y Venezuela, continúan siendo un foco de actividades delictivas. Desde desapariciones forzadas hasta contrabando y narcotráfico, estos pasos clandestinos, controlados por grupos armados irregulares, representan un desafío constante para las autoridades.

El auge de las trochas se remonta al año 2015, coincidiendo con el incremento del flujo migratorio venezolano debido a la crisis humanitaria en el país vecino. Según la coronel Sandra Mora, estos pasos ilegales son utilizados diariamente para el contrabando de alcohol, automóviles, combustible y drogas, con mayor actividad registrada en el área de La Parada, municipio de Villa del Rosario.

A pesar de los esfuerzos por fortalecer los controles en los pasos fronterizos regulares, la coronel Mora indica que aún persiste un flujo significativo de personas que optan por las trochas. Según cifras de Migración Colombia, desde la reapertura de los pasos regulares, se ha observado un aumento en el número de personas que cruzan legalmente por los puentes, pasando de 60,000 a 70,000 diarios a 90,000. Sin embargo, aproximadamente el 30% aún prefiere utilizar las trochas, lo que representa un desafío para las autoridades.

La oficial también destaca que estas bandas criminales cobran entre 10 y 40 dólares por persona para permitir el paso por las trochas, lo que agrega una dimensión económica a esta actividad ilegal.

Según la Organización No Gubernamental Fundaredes, se han identificado al menos 250 trochas a lo largo de la frontera entre Norte de Santander y el estado Táchira, evidenciando la magnitud del problema y la necesidad de una acción coordinada para abordarlo.

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