La violencia contra las mujeres en el departamento de Norte de Santander ha alcanzado niveles alarmantes, evidenciando una crisis social que afecta gravemente a la comunidad. En el sector La Curva del municipio de Bucarasica, una mujer de 29 años fue víctima de un ataque brutal por parte de varios hombres que la retuvieron en contra de su voluntad. Procedente de la vereda Potrero Nuevo, en Ábrego, donde solía abastecerse en el mercado, logró escapar y refugiarse en la subestación de Policía de la Ye de Astilleros del municipio de El Zulia. “Ha quedado traumatizada y teme por su vida”, declaró una familiar que prefirió mantener su identidad en reserva, reflejando el temor y la inseguridad que sienten muchas mujeres en la región.
Estos hechos son solo una muestra de la violencia sistemática que enfrentan las mujeres en Norte de Santander, donde la impunidad prevalece y la mayoría de los responsables de estos delitos caminan libres sin cumplir ni un solo día de cárcel. Solo en el mes de octubre, seis mujeres fueron asesinadas en localidades como Tibú, El Tarra, Teorama y Cúcuta, evidenciando una tendencia preocupante.
Casos Recientes
25 de octubre: En La Gabarra (Tibú), el cuerpo degollado de Yexica Carina Rivera Abreu, ciudadana venezolana de 34 años, fue encontrado en la vereda Trocha Ganadera.
21 de octubre: Gladys Daniela Cañas Gonzáles, de 27 años, fue asesinada a balazos en el barrio El Progreso de Cúcuta a las 2:45 p.m.
17 de octubre: En Teorama, el cuerpo en avanzado estado de descomposición de una mujer fue hallado en las aguas del río Catatumbo, cerca del puente del Aserrío.
16 de octubre: Beisimar Farelo Durán fue asesinada en el parque de Tibú.
15 de octubre: Margarita Angarita Gómez perdió la vida en su vivienda en la vereda Los Cedros, El Tarra, víctima de un ataque a puñaladas por parte de su expareja sentimental.
8 de octubre: Jasbleidy Madelein Manrique Acevedo fue asesinada en un consultorio odontológico de Cúcuta, donde un pistolero confundió su objetivo.
Testimonios de Miedo y Exigencia de Protección
“Nos están matando y nadie nos protege”, advierte una lideresa de la zona del Catatumbo, quien solicitó mantener su identidad en reserva por amenazas de muerte debido a su labor como líder social. La mujer denuncia que quienes alzan la voz en defensa de las mujeres en Norte de Santander, especialmente en las denominadas "zonas rojas", se convierten en blancos de la violencia.
Estadísticas Preocupantes
Según datos de Medicina Legal y el Grupo de Información de Criminalidad de la Policía Nacional, en 2024 se han registrado 39 asesinatos de mujeres en Norte de Santander, con un pico de 6 casos en julio, agosto y octubre. Además, entre enero y agosto de este año, 41 mujeres han desaparecido, de las cuales 20 son menores de edad. La ciudad de Cúcuta concentra la mayoría de las desapariciones, con 34 casos, incluyendo 17 menores.
En términos de denuncias por violencia de género, se han registrado 767 en la ciudad, desglosadas en 452 por violencia física, 172 por violencia sexual, 57 por negligencia y abandono, y 86 por violencia psicológica. Este año, las denuncias han aumentado un 250% en comparación con 2023, alcanzando un total de 1.626 hechos reportados.
Impunidad y Falta de Respuesta Institucional
A pesar de la gravedad de la situación, la Fiscalía indica que en 2023 se registraron 8 feminicidios en el departamento, mientras que en 2024 hasta la fecha solo se ha confirmado uno, aunque se espera que al menos otros cinco sean categorizados como tales tras el avance de las investigaciones. Este desajuste entre denuncias y resoluciones judiciales evidencia una falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades, perpetuando un ciclo de impunidad que vulnera los derechos fundamentales de las mujeres.
La creciente ola de violencia contra las mujeres en Norte de Santander exige una respuesta inmediata y coordinada por parte de las autoridades y la sociedad en general. Es imperativo implementar medidas efectivas de protección, garantizar la seguridad de las víctimas y asegurar que los responsables enfrenten las consecuencias legales de sus actos. Solo así se podrá revertir esta alarmante tendencia y construir un entorno seguro y respetuoso para todas las mujeres en la región.
En un país donde la violencia de género sigue en aumento, las mujeres de Norte de Santander enfrentan una doble batalla: una contra la violencia que las persigue y otra contra la impunidad que las silencia.
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