En las Ășltimas horas, el Catatumbo ha sido testigo de una escalada de violencia que ha dejado una estela de terror y muerte en varios municipios de Norte de Santander.
En el corregimiento de La Gabarra, municipio de TibĂș, Emy Buenaver, propietaria de una bodega y un expendio de gaseosas, fue brutalmente asesinada por desconocidos. Las circunstancias de este ataque aĂșn estĂĄn bajo investigaciĂłn por las autoridades locales.
En otro lamentable suceso, en La Laguna, ConvenciĂłn, se reportĂł otro homicidio cuyos detalles y la identidad de la vĂctima aĂșn no han sido revelados. Se aguarda un pronunciamiento oficial que aclare lo sucedido en las prĂłximas horas.
AdemĂĄs, la regiĂłn ha sido sacudida por el secuestro de dos soldados profesionales de la DĂ©cima Octava Brigada por presuntos miembros del ELN. Los soldados, JosĂ© Miguel Ruiz Cabrera y Misael Lugo DĂaz, fueron interceptados mientras viajaban en vehĂculos de servicio pĂșblico hacia Arauca. Este acto cobarde ha sido condenado enĂ©rgicamente por el EjĂ©rcito, que reprocha la conducta del ELN al atacar a militares en momentos fuera de servicio y vestidos de civil.
Estos incidentes se enmarcan en un contexto de guerra constante en el Catatumbo desde el 16 de enero, con continuos enfrentamientos armados, hostigamientos y atentados con explosivos que mantienen en vilo a la poblaciĂłn. La violencia reciente ha incluido ataques directos contra la fuerza pĂșblica y ha sembrado el terror entre los residentes locales.
En Teorama, los combates entre tropas del EjĂ©rcito Nacional y el ELN en la vereda Vijagual resultaron en la trĂĄgica muerte del soldado Alfonso JosĂ© Campo Moreno y varios heridos, mientras que en ConvenciĂłn, la estaciĂłn de PolicĂa fue blanco de un intenso ataque armado, poniendo en riesgo a niños y adolescentes que participaban en actividades escolares cercanas.
En Ocaña, la tensiĂłn se incrementĂł con el hallazgo de un vehĂculo sospechoso en el sector de Parque 34, que aunque no contenĂa explosivos, sĂ guardaba fusiles, intensificando las preocupaciones sobre actividades criminales en la zona.
Estos eventos subrayan la grave crisis de seguridad que atraviesa el Catatumbo, donde grupos armados continĂșan imponiendo su dominio con una violencia desmedida. Las autoridades locales y nacionales trabajan arduamente para restablecer la paz y la seguridad en una regiĂłn que enfrenta una situaciĂłn crĂtica y urgente.
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