Uribe, absuelto y en el centro del ajedrez político: entre volver al Senado o ser fórmula vicepresidencial en 2026

La absolución del expresidente Álvaro Uribe Vélez no solo le devuelve la libertad jurídica, sino que también reactiva un reordenamiento profundo dentro del uribismo y de toda la derecha. Entre volver al Senado o ser fórmula vicepresidencial, su figura se proyecta nuevamente como eje del bloque opositor de cara a 2026.

El expresidente y Exsenador Alvaro Uribe Vélez, declarado inocente por el Tribunal Superior de Bogotá . Foto El Colombiano

Luego de que el Tribunal Superior de Bogotá declarara inocente al expresidente Álvaro Uribe Vélez, este martes se intensificaron las voces dentro y fuera del Centro Democrático que le piden al líder del uribismo no solo regresar al Congreso, sino incluso contemplar la posibilidad de ser fórmula vicepresidencial para las elecciones de 2026.

El pasado 11 de septiembre, el exmandatario había confirmado su intención de volver al Senado, encabezando el número 25 en la lista cerrada del Centro Democrático. “Si logramos consolidar la lista, seremos la bancada más grande y ganaremos la Presidencia de la República”, aseguró Uribe en ese momento, marcando el tono de lo que se perfila como una nueva etapa de ofensiva política.

El director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, reafirmó que Uribe se mantiene firme en esa decisión. “El presidente Uribe será el número 25 de la lista al Senado. Su liderazgo es fundamental para fortalecer la oposición y recuperar el rumbo del país”, dijo.

Sin embargo, tras su absolución, varios sectores del uribismo ven en el expresidente una figura con el peso político suficiente para ser el gran coequipero de una fórmula presidencial de derecha en 2026. La decisión judicial que lo favoreció eliminó los obstáculos legales que lo inhabilitaban, devolviéndole además una legitimidad política que sus seguidores consideran necesaria para enfrentar al actual gobierno.

La estrategia del Centro Democrático para las elecciones del próximo año está cuidadosamente calculada. Con Uribe como cabeza visible de la lista cerrada, el partido busca casi duplicar su representación en el Senado, pasando de 13 a por lo menos 25 curules. En este tipo de lista, los votantes eligen al partido y no a los candidatos individualmente, lo que convierte al expresidente en un imán electoral.

El precedente más cercano es el del Pacto Histórico, que en 2022 logró 20 escaños en el Senado con 2,3 millones de votos gracias a una lista cerrada encabezada por figuras visibles del petrismo. Ahora, el uribismo pretende replicar esa fórmula con su líder histórico al frente, apuntando a consolidarse como la principal fuerza de oposición.

Aunque aún no hay una decisión definitiva sobre si Uribe aceptará dar el salto hacia una eventual fórmula vicepresidencial, lo cierto es que su regreso al escenario electoral reconfigura el tablero político de cara a 2026. Su nombre, nuevamente, se convierte en el epicentro de la contienda por el poder.

El fallo judicial que le devolvió la libertad jurídica a Álvaro Uribe también reactivó su peso político. Su regreso, en cualquiera de las dos rutas —como cabeza de lista o eventual fórmula vicepresidencial—, promete alterar los equilibrios de poder y abrir una nueva fase de confrontación entre los dos grandes polos que han definido la política colombiana de las últimas dos décadas.




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