Leopoldo
López tuvo una apretada agenda de menos de 72 horas en Chile, la que incluyó
reuniones, entre ellas, con Sebastián Piñera, con el ex presidente Ricardo
Lagos, con el candidato del oficialismo José Antonio Kast y la última y más
polémica, con miembros de la de la Convención Constitucional, donde incluso
sufrió un intento de agresión.
La
visita del dirigente venezolano fue organizada por un grupo de empresarios,
entre ellos Bernardo Fontaine, quien además es integrante de la Convención. El
político estuvo en el edificio del ex Congreso Nacional ubicado en pleno centro
de Santiago y allí se reunió con una veintena de integrantes del órgano que escribe
la nueva Carta Magna.
En
conversación con Infobae, López no se guarda dardos contra el modelo que
representa, especialmente, el candidato de la izquierda a La Moneda, Gabriel
Boric. “Yo sé que mucha gente puede estar diciendo, bueno, Chile nunca va
a ser Venezuela. Yo les quiero decir a ustedes queridos hermanos y hermanas
chilenos, con todo respeto y toda la humildad, yo les quiero decir que eso es
lo que decíamos los venezolanos con respecto a Cuba hace 20 años. Cuando
Chávez decía, vamos a navegar hacia el mar de felicidad que representa Cuba, en
Venezuela decíamos ‘¿Venezuela se va a parecer a Cuba? Jamás. Venezuela es un
país que tiene una institucionalidad fuerte, tenemos universidades, una clase
media fortalecida, tenemos una Fuerzas Armadas institucionales, tenemos a
PDVSA, tenemos una trayectoria y un ADN democrático. Estamos en el continente
donde está Estados Unidos que jamás permitiría eso’”.
López
insistió en que los migrantes de su país, que han llegado en masa a Chile,
pueden dar testimonio de lo que sucedió en Venezuela: “Yo invito a los chilenos
a que hablen con los venezolanos, porque cada venezolano que está aquí
tiene su propia historia de qué significa para ellos la libertad, de qué
significa para ellos la democracia, de qué fue lo que pasó en Venezuela, de
cómo fue que se destruyó nuestro país. De cómo fue, y por qué, tuvieron
que ir de Venezuela. Porque ninguno de los que estamos fuera, que somos ya casi
7 millones de venezolanos, quiso salir de Venezuela por voluntad propia, fuimos
expulsados buscando oportunidades, buscando tres comidas al día, buscando
medicinas para curar nuestros enfermos o buscando protección de la persecución,
es decir, cada venezolano es un testimonio de lo que ha sucedido en nuestro
país”, aseguró.
Consultado
sobre si Chile se puede encaminar al destino de Venezuela, respondió:
“El peligro existe, y no lo digo con ningún ánimo de sembrar el miedo, sino lo
digo como alguien que transitó en estos caminos, como país. Nosotros durante
los primeros años de lo que fue el chavismo en Venezuela pensábamos que no iba
a ocurrir todo lo que está ocurriendo y terminó de una manera dramática
(...) Esa posibilidad depende de los chilenos, depende de cómo elijan los
chilenos y yo espero como venezolano (…) si llega un gobierno afecto al
Foro de Sao Paulo, al grupo de Puebla, que se ha manifestado en apoyar a
Nicolás Maduro y a lo que representa, si eso ocurre en Chile, nosotros vamos a
estar más debilitados en nuestra lucha por la libertad de Venezuela y créanme,
también debilitará a Chile en avanzar hacia el fortalecimiento de la democracia
y buscar mayor bienestar. (…) Mi reflexión sería que todas esas reformas se
pueden hacer en democracia, y que el proyecto que representa el Foro de Sao
Paulo, el Grupo de Puebla no es democrático, y lo decimos con propiedad.
Quienes ahí se reúnen tienen como referente a Cuba y a Venezuela y ni Cuba ni
Venezuela vístanlos como los vistan, preséntelos como los representen, no son
democracias, tienen una vocación totalitaria de reventar el Estado de derecho,
la posibilidad de que sean los pueblos los que decidan su propio destino y de
asfixiar las libertades. Nosotros vivimos eso como país y a mí en lo personal
me tocó vivir eso también”, dice.
El
político y sociólogo, se refirió también a las similitudes históricas que se
vivieron en el proceso venezolano a la luz del proceso chileno. “A partir de
1983, cuando comenzó la devaluación económica, comenzó un deterioro en
distintos frentes. Yo te hago una revisión de esos años en cuatro momentos. En
1983 se da una devaluación del Bolívar que era la moneda más estable y ahí
comienza el tobogán en lo económico. En 1989 se da un estallido social que
se llamó el ´Caracazo´ y ahí comenzó una conflictividad social, que años
después supimos que incluso había sido manipulada y que los primeros chispazos
de ese ´Caracazo´ habían sido manipulados políticamente. Año 92, el golpe
militar, en donde se resquebraja la institucionalidad militar y el año 93, el
golpe institucional cuando sacan a Carlos Andrés Pérez del poder y también se
mueven las bases de la institucionalidad. Esos 4 momentos, retratan cómo en 20
años se fue deteriorando el sistema democrático y los partidos políticos que
gobernaron no tuvieron la capacidad, la audacia y la altura, de hacer las reformas
necesarias. Reformas políticas, reformas sociales, de poder incorporar las
demandas de la sociedad. Muy parecido a lo que yo he leído sobre lo que pasaba
aquí en Chile particularmente con el tema de la educación que fue como el
primer campanazo de la insatisfacción que tenían los chilenos respecto a su
modelo”.
Dardos
a la Convención Constitucional
El
dirigente opositor venezolano, que estuvo preso del régimen de Nicolás Maduro
hasta que logró exiliarse en España, recordó la experiencia de su país cuando Hugo
Chávez logró motorizar un cambio en la Consitución Nacional: “Chávez vino
como el vengador. Vino con una promesa de venganza y el vehículo para esa
venganza era la Constituyente. La constituyente se vio como una medicina para
todas las enfermedades, fue un espejismo pensar que la constituyente daría
solución a todas las enfermedades (…) y eso logró engañar al país. El país
votó por cambiar la Constitución, que muy temprano en el periodo de Chávez creó
las bases para la destrucción de la democracia. Paradójicamente desde la
democracia. Es decir, la democracia no se destruyó con un golpe de estado como
lo había intentado Chávez en el 92, sino que se destruyó desde la
institucionalidad de la democracia. Entraron con los votos, montaron una
constituyente y se reventó la institucionalidad, desde la legitimidad”, señaló.
Su
opinión respecto al rol de la Convención Constitucional no fue impedimento para
que Leopoldo López aceptara la invitación de asistir a un encuentro con
integrantes del mismo órgano que criticó. Su entrada estuvo marcada por la
presencia de algunos manifestantes que lanzaron huevos al venezolano, los que
finalmente cayeron en la espalda del convencional Manuel José Ossandón,
mientras tanto fuera como dentro del órgano era posible ver papeles pegados
con consignas en contra de López. “¡¡¡Fuera López, aguante Maduro!!!”, decía
uno de los carteles, mientras que algunos asesores de convencionales de la ex
Lista del Pueblo gritaban consignas como “criminal” y “asesino”.
0 Comentarios