Las fábricas y empresas de la zona fronteriza del Táchira, Venezuela, están teniendo que disminuir turnos ante la baja actividad comercial y pocas ventas de mercancías, aunado a los altos costos en los servicios públicos que llevan a los empresarios en apuros.
De acuerdo con el panorama descrito por la presidenta de la Cámara de Comercio de Ureña, Mónica Ochoa, las ventas han bajado entre un 70 y 80%, y las empresas están teniendo que cerrar un turno porque no hay compradores. “En un primer momento, se esperaba que las ventas subieran, que el comercio se activara, pero no, la parte comercial e industrial está bastante decaída” comentó la empresaria, esto a raíz de que el flujo de potenciales clientes pasa directo a Cúcuta a realizar sus compras, en vista de que los productos son más baratos del lado colombiano, porque del otro lado de la frontera del Táchira hay mayor acceso a las materias primas. No obstante, los comerciantes de Ureña no pierden las esperanzas de que se reactive el comercio y que se logre una transición en el tiempo.
“Es un conglomerado de muchas cosas, servicios públicos, voracidad fiscal”, agregó Ochoa. Los servicios públicos los cobran anclados a la criptomoneda nacional petro sin un fundamento jurídico, de un mes a otro sube casi un 1.000% el servicio de electricidad, una cantidad de dinero muy fuerte que no se está produciendo, explicó la representante del gremio.
“Entonces, una industria que el mes pasado pagó 7.300 bolívares, por ejemplo, este mes le está saliendo el recibo en 14.000, lo que es una cantidad de dinero bastante fuerte, que si usted no lo está produciendo cómo puede cancelar un servicio público”, se preguntó Ochoa
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