El presidente Gustavo Petro anunció la designación de Antonio Sanguino como nuevo ministro de Trabajo, quien tendrá la misión de liderar las reformas laborales y pensionales impulsadas por el Gobierno. Sanguino, un experimentado político de origen santandereano, asumirá el cargo con el desafío de fortalecer la protección de los derechos de los trabajadores en un contexto de alta polarización y debate legislativo.
Un ministro con trayectoria en la política progresista
Nacido en el Catatumbo, Sanguino realizó su secundaria en el Colegio Nacional Loperena de Valledupar antes de trasladarse a Bucaramanga para estudiar Sociología. Su carrera política se consolidó en Bogotá, donde fue concejal durante tres periodos (2008-2017) y luego senador entre 2018 y 2022. También fue jefe de gabinete de la Alcaldía de Bogotá durante el mandato de Claudia López (2022-2023) y en 2023 aspiró sin éxito a la Gobernación del Cesar.
El reto de las reformas laboral y pensional
Durante su posesión, el presidente Petro destacó el rol que Sanguino tendrá en la defensa de dos proyectos clave para su administración:
- La reforma pensional (Ley 2381 de 2024), aprobada y actualmente en revisión por la Corte Constitucional.
- La reforma laboral, que se encuentra en tercer debate en la Comisión Séptima del Senado.
“En un Estado Social de Derecho, la fuerza de trabajo debe tener dignidad, y esa es su misión: que los trabajadores y trabajadoras de Colombia tengan dignidad y sean tratados con dignidad, así a los más ricos no les guste”, enfatizó Petro.
Expectativas y desafíos
El nombramiento de Sanguino llega en un momento clave para el país, en el que el gobierno busca equilibrar los intereses de los trabajadores y el sector empresarial en medio de reformas que han generado fuertes debates. Como ministro, deberá gestionar el diálogo con sindicatos, gremios y el Congreso para lograr consensos y asegurar que las reformas sean viables en la práctica.
El nuevo titular de la cartera laboral tiene la tarea de garantizar mejores condiciones para los trabajadores en un contexto de alta informalidad, desempleo y desigualdad, consolidando así una política de trabajo digno y estable para Colombia.
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