Desde el 14 de febrero de 2015, la ausencia de Luis Antonio Peralta Cuellar pesa como una herida abierta en el periodismo colombiano. El periodista y director de Linda Stereo, en Doncello, Caquetá, fue asesinado a la entrada de su emisora, un crimen que marcó un punto crítico en la violencia contra la prensa en el país. Diez años después, aunque el sicario ha sido condenado, aún queda pendiente identificar y judicializar a quienes ordenaron su asesinato.
El próximo 27 de marzo, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) llevará este caso ante la Corte Suprema de Justicia para que se determine si su homicidio estuvo vinculado con el ejercicio periodístico. La decisión de la Corte será clave para esclarecer los motivos detrás de este crimen y garantizar que se haga justicia no solo para Peralta Cuellar, sino para todos los periodistas que han sido silenciados por ejercer su labor informativa.
El asesinato de Peralta Cuellar es un reflejo del peligro constante que enfrentan los periodistas en Colombia, especialmente en regiones donde la violencia y el poder criminal limitan el derecho a la información. La FLIP ha documentado múltiples casos de amenazas y agresiones contra periodistas, subrayando la urgencia de una respuesta estatal más efectiva para proteger la libertad de prensa.
"Exigimos justicia en este caso. No podemos permitir que el asesinato de periodistas quede impune y que la censura por la violencia siga cobrando vidas", señaló la FLIP en un comunicado oficial. La organización insiste en que el Estado debe garantizar mecanismos de protección y judicialización efectiva para quienes atenten contra la prensa.
La lucha por la verdad y la justicia continúa, y la decisión de la Corte Suprema podría marcar un precedente fundamental en la defensa de la libertad de prensa en Colombia.
¡Exigimos justicia en este caso!
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